UNION EN TODO
Publicado el June 07, 2009
Desde hace unos días y en varias entregas periodísticas a la opinión pública nos hemos ocupado de expresar nuestra manera de ver la situación del país, a la que se ha llegado por obra y gracia de la implantación de un régimen que si en verdad surgió de una consulta popular engranada en el ordenamiento legal vigente y que tuvo para su conformación como fuerza mayoritaria capaz de imponerse electoralmente el desencanto de las masas por la falta de renovación y acierto en la conducción del gobierno en las cuatro décadas que le precedieron, desempeñado por partidos y agrupaciones político empresariales, que a medida que se sucedían ofertaban un cuadro agotado, enclenque, débil, incapaz de despertar esperanzas en la solución de los problemas sociales, ese mismo régimen, lo que ha logrado, después de diez años de erráticas promesas, cargadas de la más deprimente corrupción –su mejor banderín de enganche- es agravar el estado de descomposición y crear una división odiosa, porque es odio lo que ha sembrado, en la sociedad venezolana, colectivo que se podía preciar de ser uno de los mejores pueblos del mundo por su solidaridad y convivencia libre de complejos y frustraciones separatistas, ni en clases, creencias, posiciones sociales o económicas, preeminencias regionales, y sí con mucho deseo de superarse, de educar a los hijos, de tener casa, carro , de festejar y vacacionar cuando fuere posible , (por eso lo dicho por el “líder”, para que se lo acepte solamente el ciudadano de a pie, sus amigos y familiares no, “ser rico y tener buen carro es malo” es la mentira más grande del mundo). Por supuesto que el entusiasmo motivacional no solo se dio en los sectores desposeídos, pues fue público y notorio el desfilar de distinguidas personalidades, a quienes se les llegó a llamar los “notables”, alinearse en las primeras de cambio para impulsar el “fenómeno”. ¡Qué penas y alegría nos depara nuestra fecunda historia! Dejando a un lado las primeras, las penas, reconozcamos que los efectos de las segundas, las alegrías, las sentimos con la “media vuelta” que dieron aquellos esclarecidos personeros y hoy por hoy, comprobamos contentos, que ninguno está con el régimen. Todos lo adversan.
Diez años han sido más que suficiente para ver con dolor como a Venezuela se ha convertido en un campo de ensayo de un proyecto filosófico, político, económico, social, cultural, militar, envolvente para que nadie disienta, pero que en su contra tiene el haber sido, y ser, un soberano fracaso, desde que en l922 se creara la Unión de Repúblicas Socialista Soviéticas, iniciada con la Revolución Bolchevique de l.917. Aquel fracaso duró cerca de 70 años. El de Cuba va para 50 y no es exagerado decir que tendremos la suerte de ver su finiquito. Los estertores lo anuncian. Corea del Norte es tan primitivo y amenazante que sería una locura tomarlo como ejemplo.
Para llamar la atención sobre los efectos negativos del régimen en sus diez años de afanoso empeño para implantar el Castro-comunismo hemos hilvanado algunas cuartillas. En anteriores entregas, recordarán los amables lectores, utilizamos los títulos: Reto a la Ciudadanía y Desafío a la Civilidad. Quisimos destacar las inmensas reservas morales y cívicas de los venezolanos. Recordamos que en la segunda mitad del Siglo pasado, esas mismas reservas dieron una gran lección al mundo. El movimiento cívico- militar -1958- dio al traste con la dictadura entronizada para aquel momento. Por eso insistimos en alentar nuestro optimismo, en llamar a la unidad de todos los venezolanos para enfrentar esta crisis. Sin distingos de corrientes políticas, partidos, clases sociales, regiones, con especial llamados a quienes todavía abrigan alguna esperanza en el “líder” y sus seguidores. A todos en general el país les requiere, no solo por lo que tiene que ver con el desastre anunciado, ya en marcha, a objeto de que se frene cívicamente. Sino que además, por la vía de la instrumentación civilizada, con persuasión y concienciación, conformar un gran caudal de voluntades que unidas en el loable propósito de salvar la democracia, entiendan también, porque estamos en las vísperas, que esta “fuente-ovejuna con voluntad creadora” debe actuar desde ya en las acciones y programas necesarios para atender con éxito los inmensos problemas que tiene nuestra nación, desde la pobreza y marginalidad, la exclusión, el desempleo, la inseguridad, la criminalidad, el deterioro total de la infraestructura hospitalaria, educacional, la tragedia del trasporte urbano y rural -las llamadas vías de penetración no sirven ni para las recuas-. Atender de manera especial la seguridad agroalimentaria, rechazando las expropiaciones de predios productivos y condenando los programas de llevar a la ruina y bancarrota los productores, ganaderos, comerciantes, industriales, a quienes se les persigue y acosa, y en el caso particular de los ganaderos, cuando y donde la perversidad llega a mayores, por cuanto se les mantienen congelados los precios de la leche y la carne, privilegiando las importaciones de Brasil, Colombia, Uruguay y otros países, amén de permitirles tremendos negociados con licencias de importación otorgadas a unos cuantos vivos revolucionarios, sordos ante al mandamiento de que “ser rico es malo”.
Unión para enfrentar los desafueros y desmanes del presente, unión para impulsar y organizar el desarrollo del futuro, unión de todos y en todo para rehacer institucional, democrática y pacíficamente a toda VENEZUELA.
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