Alberto Nicolás Newman Briceño

Nov 21, 1936 – Jun 06, 2025

Artículos de opinión del distinguido Dr. Alberto Newman

En memoria de un hombre sabio, íntegro y comprometido con su país.

TODOS ESTAMOS EN LA MIRA

Publicado el May 31, 2010

Los objetivos políticos del régimen que se ha instaurado en Venezuela desde hace algo más de una década, con sus implicaciones e incidencias en los campos económicos, sociales, culturales, y hasta en la ideosincracia de los habitantes de este país, se han ido definiendo y aclarando como el alba dibuja el perfil de nuestra Sierra Nevada cuando el sol cincela las cumbres y las “águilas de Don Tulio” se desperezan para quitarse la exigua corona de “nieves impolutas” que aún se resiste a derretirse en terca obstinación de esperanza. El toque poético –perdón- lo consideramos necesario para atenuar la gravedad del empeño en que se sintetizan los propósitos revolucionarios, que gráficamente pudiera decirse no es otro que el de parecerse a la Cuba comunista.

El título de la entrega nos obliga a ser más explícitos porque al irse definiendo qué es lo quiere el régimen y dicho ya que la inspiración es la Castro-comunista, a nadie le puede parecer extraño que aquí en Venezuela, con su infame división entre los que lo apoyan y quienes no lo han hecho y por alguna razón han dejado de hacerlo –decepción, desengaño, convencimiento pleno de haber escogido el camino inviable, históricamente fracasado, de quitarle la ilusión a los pobres que por obra de su trabajo o suerte dejen de serlo por aquella moraleja de predicador de esquina que “ser rico es malo”, actualmente exista una persecución, violatoria de expresos derechos constitucionales, contra la propiedad privada, y con ensañamiento y prepotencia militarista, en ostentosa demostración de fuerza, cada día más, vayan a ocupar empresas, fábricas, depósitos comerciales, y hasta pequeñas carnicerías, supermercados, negocios en general propiedad de personas naturales o jurídicas, privadas. En el caso de las fincas, aunque resulte inoficioso, valdría la pena observar que no deben movilizar cuerpos armados de algún componente de las FANB para tomar posesión del predio y los bienes que en él se encuentren, semovientes, tractores, equipos e insumos, pues los dueños, encargados, trabajadores, ni siquiera están preparados para enfrentar a los secuestradores –guerrilleros, malandros- cuando los hacen víctimas del más cruel delito que conlleva la pérdida de su libertad, sus bienes, y hasta su vida.

¡Por Dios! Tomen las propiedades que se han propuesto, pero por favor, en beneficio de elementales consideraciones a los productores del campo no los sometan a la tensión deprimente de ver llegar a sus predios, en donde seguramente han consumido su vida y las de sus familias, convoyes de cuerpos armados para ocuparles sus centros de trabajo como si se tratara de una acción de envergadura militar, que bien puede sustituirse por la entrega de un documento auténtico en donde conste la resolución oficial de la medida. Lo demás es trabajo de profesionales de las materias de sus competencias.

Creer que la escalada expropiatoria se va a detener en algún recóndito refugio de neuronas sensatas, respetuosas de la Constitución, de los derechos humanos y hasta del sentido común, es pecar de ingenuidad antipatriota y hacerse cómplice de la destrucción de nuestra economía. Los últimos eslabones de esta cadena tal vez sean la Hda. Las Corolinas de Diego Arrias y La Carbonera en Mérida, pero desengañémonos –todos estamos en la mira- pues el afán estatizador no tiene contención, ni siquiera en el evidente descalabro que significa el hecho que de 3.000.000 hectáreas tomadas por el Estado solo están en producción el 2 % y el resto son eriales en estado de abandono. Claro está que mientras los ingresos petroleros suplan recursos a la agricultura de puertos los rublos de la dieta diaria tal vez no lleguen a nivel crítico, sirviendo además para acostumbrar al pueblo a las colas de racionamiento, porque somos o queremos ser iguales a Cuba.

Este enfoque no puede dejar de mencionar el caso de las Empresas Polar en donde la tozudez ensoberbecida del régimen se ha topado la firmeza y seriedad de sus conductores y trabajadores en general, y por sobretodo el bien ganado prestigio en todo el pueblo que sin reserva alguna se está resteando en su defensa, poniendo ya en aprietos al Presidente a quien pareciera que las neuronas antes mencionadas no son muy de su afecto. Nuevamente invoco a Dios para que en esta hora menguada nos ayudes a salir adelante, como pareciera lo está haciendo generosamente en la hermana República de Colombia.

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