SEMBLANZA DE UN GANADERO
Publicado el November 02, 2019
Para darle cuerpo al propósito de este comentario tal vez sería mejor hacer un auto retrato con lápices de punta de piedra, a mano alzada, o para estar más a la moda tomar una foto de las llamadas selfies. En parte son mis vivencias con vacas, con pastos, con cultivos, con manejos de máquinas, proyectos y planes que no se cumplen, con afanes y arrecheras que no estallan por exceso de trabajo y ese mantener la mente ocupada en que mañana va a ser mejor, es posible que mejoren el precio de la leche, se consigan las medicinas y otros insumos, o baje el concentrado. Pienso en el día siguiente y aún cuando el optimismo sigue en pie, se golpea porque parece que se robaron dos reses, se murió el padrote, el tractor no prendió, el gas oil es un miado y la gasolina de vaina si alcanza para ir a hacer la cola y perder dos o tres días. El personal no va a trabajar porque no hay trasporte. Con cierta periodicidad los guardias, que jamás traen buenas noticias, se acercan para … Bueno, los ganaderos no son santos pero se les somete a un viacrucis que solo Dios comprende, porque, por desgracia hay todavía personas que creen que lidiar con animales, hombres y bestias; estas últimas, desde hace 20 años, empeñadas en acabar con la propiedad de los ganaderos, les entorpece sus planes de dominación político-social-económica. Es el resurgir del fracasado comunismo, ahora con vida artificial con el socialismo del S XXI. El boca a boca que practica Cuba y Rusia, alborotado en Ecuador y Chile, es más una estrategia de sobrevivencia que ni a ellos les beneficia. El sentido de la pertenencia, que en mayor grado lo tienen los ganaderos, es la razón del por qué el régimen se ceba en golpearlos, desconociendo que es su actividad la que ayuda a palear el hambre, la desnutrición, el empobrecimiento. Fidel, que fue obsesivo en ponerle la mano a Venezuela, encontró en Chávez y Maduro, los más solícitos aliados para poner en práctica sus líneas de dominación: empobrecer, embrutecer y corromper. Gracias a Dios y a la Iglesia Católica Venezolana, seguida de las instituciones democráticas, que son muchas, ocupando puesto de prestancia las asociaciones de ganaderos y agricultores, que con conciencia y determinación, muy pronto a los déspotas les enseñaran lo que saben, les arrearán a los sitios en donde la justicia se ocupará de ellos. Los ganaderos no guardan rencor. Los ganaderos son, como los describe Don Rómulo Gallegos en su obra Cantaclaro, de “los Coronado de la Concepción del Arauca, que siempre fueron gentes de bien en lo positivo del negocio de criar y vender ganados”. Ser ganadero es más que una profesión, un oficio, una ocupación, es una cultura que define una personalidad que en su mayoría se forma en el hogar, en la familia, en la propia finca, en centros de estudios, en las asociaciones, en las tertulias y encuentros de amigos, en ese permanente hablar de vacas, de razas, de pastos, de máquinas, de insumos, de precios -es estar en la “vacadicción” como lo llama mi gran amigo Luis Dávila. Ser ganadero –por qué no decirlo también- es ser confidente de penas y alegrías, de suertes, aciertos y fracasos, de aventuras infantiles, de travesuras, de sentirse niño cuando se ve nacer un “becerrito lindo como un bebé”, es invitar a un amigo a un trago y después verle el fondo blanco a dos botellas. Es ser responsable y solidario. Generoso para dar un maute a un hospital y después reírse de sí mismo cuando sus dolencias las quiere curar con ramas y remedios caseros. Es no creer en brujas pero aceptar que se “rece” la plaga, acompañada sí de vacuna y de creolina. Es ser creativo y creador. Es perseverar cuando cree que tiene la razón y hacerse tozudo en el empeño de llevar a feliz término sus proyectos. El ganadero cree en Dios, infinitamente, e invoca al santo de su devoción y a la Virgen María con fervor. Es mucho de Quijote y poco de Sancho. Es un soñador con los pies sobre la tierra. Como visionarios son los ganaderos los que han desarrollado grandes extensiones del país, por ejemplo: el Sur de Lago. Es en este emporio, con el Lago de Maracaibo y el Caribe al norte y Los Andes como inmenso fardo o cornucopia de riquezas infinitas, en donde está gran parte de nuestro futuro… Ahora soy yo el que sueña: Germán Monzón= Colegio de Ingenieros de Mérida, adelante con el TUNEL DE MERIDA A BARINAS. Imaginemos: la trasandina en cruz con la vía que iría de los llanos altos occidentales al Zulia por el centro de los Andes Merideños. Solo pensando en grande se pueden concebir grandiosas obras, Por supuesto un tema o tópico tan fascinante y encantador como la vida y obra del ganadero da para enciclopedia. En este momento a mí solo me queda desear que el cierre del año vaya acompañado del fin de las penurias y que el próximo sea de transformación político, económica, social. Contamos con los ganaderos. DIOS LOS GUARDE.
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