REFLEXIONES ANTE UNA VELA ENCENDIDA
Publicado el February 16, 2010
Como la vela que tengo al frente, consumiéndose para alumbrar la obscuridad, siento que los venezolanos también nos estamos agotando en el esfuerzo de pensar qué debemos hacer para evita el absurdo de haber llegado a esta situación en la que pareciera no hay signos de racionalidad. Ojalá la lumbre en que se transforma la esperma o cera y que se despide quemándose en el pabilo para permitirnos ver nuestro entorno más cercano tenga en nosotros el mismo efecto y con la misma humildad del primitivo artefacto, sin llegar a llamarada, nos ponga a trabajar las neuronas más lúcidas para producir las soluciones a que tiene derecho el pueblo, sojuzgado y engañado por un grupo y que de revolucionarios que en once años no han sido capaces de mantener constante la civilización de la luz, eléctrica.
Las reflexiones que nos alienta la vela, en acto casi de constricción al contemplar su llamita, y al preguntarnos por qué hemos llegado a este estado imprevisible, de indignación y torpeza, de alienación colectiva, podrán ser muchas y variadas. Tantas que para destacar su magnitud, debemos pensar que en los cerebros de los ciudadanos venezolanos y, sin duda, de unos cientos de miles de otras nacionalidades, ya hay un entramado de preguntas y repuestas, que van de lo insólito a lo sorprendente, resumiéndose en lo increíble del cómo es posible. Vaya un adelanto: Cómo es posible, que este señor que llegó a la Presidencia de la República, después consumar un cruento golpe de estado, fracasado por la actuación institucional de las FAN y la valentía y firmeza de quien para el momento de la felonía demostró ser un auténtico jefe de estado, Sr. Carlos Andrés Pérez, y que con posterioridad se benefició del sobreseimiento que en un acto de extrema bondad (¿?) le otorgara el Dr. Caldera, ahora pretenda imponer la infausta fecha (04 de febrero de l.992) en efemérides heroica, como si la historia pueda mancillarse y la memoria de los venezolanos sea un coctel alucinógeno, y por si fuera poco, después de once años, durante los cuales borró de su mente sus virulentas promesa de luchar contra la corrupción, contra la inseguridad, contra las desigualdades, contra las aberraciones de los partidos políticos (cúpulas podridas) y haber hecho de esta larga década el mayor ejercicio del despilfarro, de la improvisación, del desconocimiento del derecho a la descentralización, a la división de los poderes públicos, en cuya fortaleza debe verse el equilibrio de la vida civilizada, republicana. Cómo es posible que quien se formó en la Academia Militar de nuestras FAN democráticas, las mismas que demostraron su profesionalismo e hicieron honor al juramente de defender la soberanía del país ante las invasiones de Fidel Castro –las de las Costas de Falcón, la de Oriente y la de Machurucuto- guarde ante ese tirano una genuflexa conducta de sumisión, de entrega, de ponerle a su disposición no solo el erario público, sus riquezas, el petróleo a manos llenas, sino que también le permita hacer lo que en aquella época del sesenta el castro comunismo ya entronizado en la bella isla no pudo llevar a cabo y “por ahora”, con la mayor complacencia se le permita a través de las remesas de médicos, paramédicos, denunciada, la invasión, por su propios adláteres, en número que sobrepasa los sesenta mil y con injerencia hasta en el campo de la seguridad y defensa del país; cómo es posible, repito, se le quiera mostrar a los venezolanos la persona de Fidel Castro como un héroe, como un prócer, a la altura de los padres de la patria, y en el colmo del paroxismo del endiosamiento y admiración sin límite se le considere el “padre putativo” del propio jefe de estado. Solo el deseo de perpetuarse en el poder y de convertirse en el albacea, sin testamento, de la revolución continental puede dar alguna explicación al respecto, amén de que haberse declarado “marxista” lo pueda elevar al cartel de la fama, lo que con el agregado de “cristiano” lo haces ver en su dimensión fantasiosa, que sin duda, es un gran disparate.
Pero volviendo a las reflexiones de la vela, en el entendido de que son muchísimas, por razones obvias nos limitamos a finalizar con una que consideramos que no se puede pasar por alto. Es precisamente lo que ha ocurrido muy recientemente, cuando el mismo Sr. Fidel Castro, mostrándose aun en su lecho de enfermo como el irreductible autócrata que no le han bastado más de cincuenta años de haber impuesto su voluntad omnímoda, le manda al Presidente Chávez, y que para que lo asesore en la crisis de energía eléctrica que padece Venezuela, a Ramiro Valdez, su compañero de luchas, de persecución y muertes. Ante semejante intromisión, que ya los venezolanos hemos medido en su exacto alcance, vale destacar lo siguiente: -el envió de asesores no fue solicitado a Cuba por Venezuela; -Cuba no puedes mostrarse al mundo como nación que haya logrado avances significativos en esta materia; -el personaje enviado no muestra un currículo de especialista en el ramo, su prontuario es, por el contrario, obscurantista. Concluimos haciendo énfasis en que este es un acto más de entrega, de sumisión, y de intolerable desprecio al talento, al profesionalismo, al elemental respeto que merecen los venezolanos, representados en calificados ingenieros que han denunciado la incompetencia del régimen y le han ofrecido a sus burócratas innumerables soluciones, que por desgracia las han depreciado.
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