Alberto Nicolás Newman Briceño

Nov 21, 1936 – Jun 06, 2025

Artículos de opinión del distinguido Dr. Alberto Newman

En memoria de un hombre sabio, íntegro y comprometido con su país.

PREPARÁNDONOS PARA PERDER LA GUERRA

Publicado el December 01, 2010

Comparto el criterio que si algo podría resultar positivo de lo que le viene sucediendo a Venezuela desde hace un tiempo, dos lustros o algo más, es la reflexión de tener claro que vamos por muy mal camino, que podría ser peor si llegáramos al final del mismo. Es tanto como preparar la mente para un desenlace de consecuencias impredecibles. Claro está que quedarse en la sola actitud contemplativa del desastre que sin mayor esfuerzo se vislumbra, podría pasar de irresponsabilidad a complicidad; lo que con sobrada razón formará parte de la querella histórica que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos nos incoarán por no haber actuado en concordancia con la gravedad del momento y haber permitido se les legara a ellos un país totalmente descompuesto , amén de haber aceptado que nuestra nación se integrara a otra, más descompuesta aún, por ese prurito revolucionario de cometer estupideces solo por aparecer en los mismos anales que en otras latitudes se registran como períodos de oprobiosa pena y vergüenza. Raúl Castro lo dijo: Cuba y Venezuela somos la misma cosa.

No hace falta apoyar en ejemplos lo que queremos significar en el párrafo anterior. Millones de muertos, involución hacia la pobreza y la miseria, masificación de la despersonalización y la sumisión, todo apuntando a la hipertrofia del Estado como instrumento de dominación absoluto, manejado a capricho por cúpulas hegemónicas que en principio dicen aplicar teorías filosófico-políticas –marxismo=socialismo científico=comunismo-; en la práctica, devenidas en monstruosas dictaduras. Todo eso que nos han puesto, y ahora en mayor grado, sobre aviso de estar en presencia de algo, desde todo punto de vista humano inaceptable. Cierto que hemos querido cambios y el acontecer político está nutrido de esas prédicas y deseos de que se ha hagan; el mismo actual régimen, en sus inicios fue ducho en pregonarlo y hasta contó con “notables” intelectuales que, en buena parte, ahora “hecho los locos” o cabizbajos de vergüenza no se sienten varones para reconocer su error de haberlo aupado.

Por suerte, de la que tenemos que dar Gracias a Dios, el convencimiento de ir por muy mal camino ha penetrado en la mente de la gran mayoría de los venezolanos y ya podemos decir que la preocupación cada día se disipa en proyección regresiva. Conociendo el problema su solución está en abordarlo y hacerla de la mejor manera. Por esta afirmación positiva es por lo que tenemos autoridad moral, civilista, democrática, para decirle al régimen, que no continúe por ese sendero errado; no digo al Presidente Chávez, porque por lo visto él no desciende a escuchar a la gran mayoría de quienes se vienen ocupando de la manera cómo se gobierna, cómo se administra, cómo se conduce la Nación, y ofrecen muy serias y responsables salidas, en el bien entendido, que el “estado de necesidad” equivalente a la “legítima defensa”, nos obliga, en términos de ejercicio de la ciudadanía, a actuar sin miramientos para frenar o evitar el desastre mayor. Nadie puede desconocer que Venezuela vive un “estado de necesidad”. Cuando decimos no desciende es porque pensamos no asciende o su atención solo se da para sus consejeros los cubanos, los neofilósofos como Allen Woods, o la Srta. Eva Gollinger. El primero que es el último de los asesores que ha tenido el Sr. Presidente es quien le recomienda la radicalización extrema, incluyendo la expropiación de todas las empresas, enfatizando en Polar. Tendrá algún sentido semejante exabrupto. Otra muestra más del desprecio a los principios constitucionales, a las leyes vigentes y a la elemental sensatez que deben tener los gobernantes. Adiciónese a ello las incoherencias de armar desmesuradamente a la nación, pregonarlo como si nos estuviéramos convirtiendo en el otro polo de desarrollo y de dominio con ínfulas de desafío infantil precozmente pendenciero. En este momento la naturaleza misma nos está enviando mensajes para que le prestemos atención a las incoherencias -¿De qué nos sirven los tanques y aviones de combate, los ya negociados submarinos, los barcos patrulleros y la metralla misilistica, los fusiles y equipos todos para la guerra, (potencial chatarra, y ojalá sea así porque por la experiencia que se tiene los regímenes militar-militaristas utilizan estos instrumentos de muerte en ocupar sus propios países), cuando los excesos de lluvia nos han puesto a temblar; no se necesitan grandes conocimientos para saber que lo que hace falta son maquinarias y equipos de construcción civil, trabajo de la tierra y por sobretodo producir comida. Es justamente en materia agroalimentaria donde la debilidad es mayor. El acoso a los productores del campo, agricultores, ganaderos, no tiene otra explicación que la de generar pobreza para hacer al pueblo un ente dependiente de las dádivas y reparticiones del Estado. Acaso no saben que los inviernos han dominado a los todopoderosos, Bonaparte y Hitler, por ejemplo. Si es guerra la palabra que obsesiona al régimen, tengamos por seguro, que el camino que ha escogido para hacerla, sin saber a quién, nos conducirá inexorablemente a perderla y ahí si sabremos quienes sufrirán la derrota; como en Cuba, el pueblo.

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