NO PERDERE EL OPTIMISMO UNQUE ME INVADA LA TRISTEZA
Publicado el November 20, 2020
Confieso que ante la arremetida de Maduro y su grupo de promover, con cuanto recurso pueda disponer, la realización del acto de votación de las llamadas parlamentarias el próximo 06 de diciembre y que no es más que excremento contra natura, que no tiene el menor asidero de legitimidad, ni de origen ni de desempeño, me han invadido dudas que realmente no quisiera toquen mi ánimo. Por fortuna la duda es muy débil frente a la verdad. Nadie podrá negar que tenemos el peor gobierno –usurpador-; aceptando que el término gobierno vale tanto para las democracias como para las dictaduras, que ha tenido el territorio que ocupa Venezuela, desde el descubrimiento, la conquista, la capitanía general, los avatares de la independencia, dejando a un lado leyendas negras y doradas, incluida la guerra federal y las alternancias caudillistas, incluida las primitivas de Castro y Gómez. El gobierno dictatorial de Pérez Jiménez, que con todo y ser militarista está a años luz del período que se corresponde al actual de Nicolás Maduro. Que por ningún concepto podría llamarse buen gobierno, ni siquiera mediocremente aceptable, porque la expresión dictadura voltea la cara para no arrugarla frente al criminal despelote de bandidos y saqueadores que acabaron con todo. Históricamente es el peor de los que se han dado en los que fuera la tierra de gracia. Ante el mundo somos únicos, ocupando los últimos lugares. El cuadro entristece porque toca las fibras de la condición humana, no ya para acusar las carencias y los atentados contra la vida misma. Es que va contra todos y contra todo. Es una malignidad que a diario avanza sin importarle si es contra su propia gente, la misma que bajo engaño cerró filas en las inciertas bondades de las comunas, de la revolución socialista del SXXI, del “ser rico es malo” (que dirán las hijas, catalogadas como las mujeres más capitalistas del mundo) No es mentira que el pueblo de Venezuela se muere de carencias, de mengua, de hambre… Que la desnutrición es ya un azote; que la parálisis no es solo por falta de gasolina…La razón de la diáspora migratoria, es recurrencia, que impulsa el régimen, sin darse cuenta que un cuerpo que se desangra es un ente que se envilece. Pero volvamos a lo de la tristeza, que muchas veces es pesadumbre. No se siente acaso, cuando viejos políticos ¬-oportunistas, mercenarios, prestan sus nombres para postularse a cargos, diputaciones, traicionando a partidos políticos de respetable trayectoria en las luchas por la libertad y la democracia. Aceptemos que la ignorancia y la incapacidad, parejo a la ambición avarienta, es la carta de presentación de los llamados líderes del madurismo, solución de continuidad del chavismo, pero que los allegados de última hora que cubren su desnudes con billetes, con cheques, con denarios judaicos, es dar con personeros de escaza personalidad, de rastrera moral. Este drenar de mi tristeza, tienen en compensación el convencimiento que las mujeres y los hombres de mi país tienen la inmarcesible voluntad de salvar la República, libre, soberana, con amor y en paz. De momento, nuestro principal aporte es aliviar la pobreza de los más necesitados, es ponerle un corte a la miseria, es darle vida a la vida, con alimentos, con medicinas, con asistencia. Es recordar permanentemente la solidaridad humana, que es capaz de enfrentar la fuerza bruta y hacer que la soberbia caiga sobres sus propios instrumentos del mal. Que la ruindad y destrucción de una nación es lo único que pueden exhibir como obra desmesuradamente cara en ese afán de dominar o mostrarse rastreramente en el servilismo de entregar territorio y soberanía por las bondades geopolíticas. Que otra explicación tiene que las alianzas estratégicas de Maduro y su régimen solo sean con Cuba, Rusia, China, Irán. No veo que el acercamiento se dé con las probadas democracias de América, Europa y el resto del mundo, en donde se respete el estado de derecho y se condenen los crímenes de lesa humanidad. En esa onda de civilización y justicia nos movemos y en su orden consideramos como ocupación y trabajo inmediato, con inspiración de fuente ovejuna, participar “con todos los fierros” en la consulta popular, libre y soberana, constitucional, prevista para llevarla a cabo, dentro y fuera del país, entre el 05 y 12 de diciembre. La reafirmación del “SI” habrá de retumbar con la fuerza y seriedad de un juramento, como grito libertario, para que se despeje el camino que pacíficamente hemos escogido para salvar la República de Venezuela. Todo el orbe se sentirá orgulloso de haber presenciado el accionar de un pueblo que su historia le consagra puesto de honor en el concierto de naciones civilizadas, donde impera la libertad, la justicia y la paz. Con amor a Dios y a toda la humanidad.
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