NO A LA RESIGNACION
Publicado el March 10, 2009
Insistir en llamar la atención sobre lo que está pasando en nuestro país es algo que cualquier ciudadano se plantea como interrogante a su propia capacidad de razonamiento. Seguramente a diario escuchamos expresiones como estas: ¿Pero bueno , qué pasa?, ¿Hasta cuando este señor (el término es otro) nos va a considerar brutos, tarados?, ¿No se dará cuenta que estamos hartos de sus peroratas encadenadas, que sus amenazas, algunas ejecutadas sin detenerse a pensar en los graves daños que causa, que en su empeño en aplicar el llamado socialismo del siglo XXI a la propiedad privada y medios de producción no es más que un “soberano disparate”?. Este rosario de preguntas que ocupa buena parte del tiempo a por lo menos la mitad de la ciudadanía activa, consciente del peligro, y en la otra, también consciente, bulle buscando una salida convencional porque es un hecho cierto que no está del todo de acuerdo con semejante proceder, pudiera no tener un desenlace satisfactorio a corto plazo, pero por lo que ya estamos viendo sí hay luz de esperanza como para no dejarse amilanar y no permitir que la resignación desplace el convencimiento que más puede la fé cuando la voluntad la acompaña para imponer el bien.
Ciertamente que el referéndum del 15 de febrero para la reelección indefinida dio resultados favorables al oficialismo. El CNE reconoció solícitamente el mayor caudal de votos para el SI aprobatorio. Pero visto en conjunto todo el proceso y la desigualdad y ventajismo sin límite del sector gubernamental, con el agravante de la insultante y grosera entrega de todos los poderes públicos, amén de la descarada parcialización del árbitro -recuérdese la “banda de los cuatro”- que no ha sido, no lo es y no lo será, acreedor de respetabilidad alguna, este triunfo de la “enmienda” no puede enorgullecer a nadie y menos servir de soporte consistente a lo que posiblemente se dé, o no se dé , siendo siempre inconstitucional, dentro de cuatro años.
En orden a lo expuesto en el párrafo anterior y tal vez como una reacción del subconsciente ante ese triunfo “pírrico”, deberíamos ver en el radicalismo del pos referéndum serios síntomas de que el Presidente no las tiene todas consigo. Por ello, el Sr. Chávez, como el único responsable de esa arremetida feroz contra derechos consagrados en nuestra Constitución, el de la propiedad privada es uno de tantos, hace público su envalentonamiento arrogante para que se tenga en cuenta su tozudez de no frenarse ante nada. De esta manera quiere, como el que grita insolencias para demostrar hombría –guapo y apoyado- llevar mensajes a sus huestes para mantener adhesiones que honestamente ya no son tan fuertes como antes, aparte de que el amedrentamiento a los sectores de la oposición no surtirá mayor efecto, a no ser la preocupación y tristeza, indignación, por la irresponsabilidad con se destruye el anhelo y decisión de producir e invertir. Ni siquiera se detienen a pensar en que estamos ya inmersos en la más grande crisis económica mundial, con resultados incalculables para nuestro país por depender única y exclusivamente del precio del petróleo, sin viso de que su deterioro se revierta a corto plazo, no tomando en cuenta la opinión de expertos profesionales, científicos, que nos catalogan como una de las naciones más vulnerables para sufrir consecuencias nefastas. No quisiéramos alarmar, no somos profetas del desastre, pero pudiéramos vivir largos días de miseria colectiva. No será al pueblo opositor ni a los empresarios a quien se habrá de culpar.
Pero si para el chavismo el resultado del 15 de febrero le ha dado pie para la aceleración de sus planes persecutorios de expropiaciones y amenazas, consumadas unas y anunciadas muchas, como la de hacérsela a distinguidos impulsores del desarrollo en general, privado y público, tal es el caso del Grupo Polar, al frente de cuya dirección está el joven empresario Lorenzo Mendoza Jiménez, de largo abolengo y tradición familiar, emprendedora y fecunda, no solo para el mundo de la producción de alimentos, sino también para el fomento y engrandecimiento de nuestra cultura, la investigación científica, la expansión del deporte, la divulgación y cultivo de las artes y la realización de obras de solidaridad humana y sensibilidad social, y en fin, si con esta estampida para aplicar e implantar el socialismo del siglo XXI, tal como ellos lo entienden: castro comunismo en dos platos, el Sr. Chávez pretende interpretar como un mandato este resultado, para hacer lo que le da la gana, la oposición debe hacerle entender que está totalmente equivocado y que más temprano que la perpetuidad de sus deseos tendrá que rendir cuentas de sus desmanes. Para la oposición democrática el 15 de febrero sí tiene un significado claro: la retoma de conciencia de lo que representan sus luchas, su aceptación y crecimiento cada vez mayor en la población venezolana.
Nutrámonos con las lecciones y mensajes de su Santidad Juan Pablo II, esas mismas que trasmitió en Cuba cuando les alentó: “No tengan miedo”. Releamos su legado, resumido en un pequeño texto de sus últimas entrevistas: “Memoria e Identidad” y entendamos lo que nos dice cuando asienta: “He tenido la oportunidad de experimentar personalmente las “ideologías del mal”… Dios concedió al hitlerismo doce años de existencia y, cumplido este plazo, el sistema sucumbió. Por lo visto, este fue el límite que la Divina Providencia impuso a semejante locura”. NO TENGAMOS MIEDO, NO A LA RESIGNACION.
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