Alberto Nicolás Newman Briceño

Nov 21, 1936 – Jun 06, 2025

Artículos de opinión del distinguido Dr. Alberto Newman

En memoria de un hombre sabio, íntegro y comprometido con su país.

MAYOR CONTRASENTIDO

Publicado el September 21, 2009

Mayor contrasentido no puede haber. Justo, cuando en el mundo corrientes del pensamiento ponen a andar movimientos civilistas a favor de la paz y en Cuba, no pudo ser más acertada la escogencia, acaba de ocurrir un espectáculo musical de gran trascendencia cultural y hondo contenido político-social, tanto que en la Plaza de la Revolución en cincuenta años los Castros no lo escenificaron, cuyo propósito fue demostrar que la paz está por sobre dominaciones de cualquier tipo, tengan el tiempo que tengan, y traspasa fronteras por muy cerradas que estén; propósito éste que lograron con éxito grandioso de su principal protagonista, el pueblo cubano, y reconocimiento a sus organizadores, los jóvenes artistas: Juanes, Olga Tañón y otros atrevidos y valientes que le dieron lección a los indiferentes, en el sentido de que el bienestar y la paz hay que conquistarla y cultivarla. Frente a este feliz acontecimiento y corrientes pacifistas que recorren y se hacen sentir en el mundo, políticas armamentistas, impulsadas por gobiernos latinoamericanos, insurgen , como si se tratara de un renacer de mostruos prehistóricos, dándonos otro espectáculo, esta vez deprimente y por supuesto indignante, el ver abrazados a nuestros Presidentes con los de aquellas repúblicas que han hecho del negocio de la venta de armas uno de sus principales motivos de interrelación, sellando el compromiso de la compraventa de tanques, aviones, helicópteros, fusiles, como si se tratara de artículos de primera necesidad para aliviar las penurias de los pueblos indo afroamericanos. Este es pues el contrasentido del absurdo que pareciera que los únicos que no lo perciben son los gobiernos autocráticos, para beneplácito de los vendedores –perros de la guerra- y vanagloria de la falsa prepotencia de los insensatos e irresponsables compradores.

En el mundo civilizado no hay nada más inútil que un fusil, así como no hay nada más falso que argumentar que se compran armas para defender la soberanía. Si hay algo que podemos aseverar, sin la más remota reserva de despertar alguna sospecha de vilipendiar a las instituciones de nuestro país, eso que llaman alegremente “traición a la patria”, es que la política armamentista del régimen es el contrasentido más grande, porque si algún resultado positivo conllevara, la violencia, que en Venezuela ocupa el primer lugar en Latinoamérica, con el mayor índice de homicidios -50 por cada 100 mil habitantes- no hubiese arribado a este sitial, que por lo visto es de los pocos rubros negativos en que sí hemos crecido. Caracas es la segunda ciudad más violenta de América. Da dolor solo pensar que nos estamos endeudando para comprarle armas a los Rusos.

La paz, que tanto anhelamos, debe preservarse a toda costa. Para ello consideramos que los llamados a la ponderación, a la cordura, a la sindéresis, que los actos como el concierto de Juanes en La Habana Cuba hay que aplaudirlo y promocionarlo para que se repita en todas partes del mundo, porque todos son muy importantes. Pero hay que tener en cuenta además que ante lo que estamos viendo, como propósito revolucionario de gobierno y estilo autocrático de mando -que ha decepcionado hasta el Presidente Jimmy Carter-, empeñado en poner en práctica una filosofía obsoleta y fracasada, el Socialismo del S. XXI, inviable como ha sido calificada por los estudiosos de la historia en donde por desgracia se implantó - modestamente en anterior entrega así lo expresamos- el activismo a favor de la paz no debe tener límite. Por consiguiente, hay que tener claro que al lado de ese proyecto, inviable, en nuestro país se quiere imponer un régimen autoritario y militarista que, violentando la Constitución y la Leyes; es decir, por violencia sigue el camino de los Castro. Con un agravante, Fidel Castro sembró con antelación este proyecto con las invasiones a nuestras costas, de Falcón, de Oriente, de Machurucuto, rechazadas con la mayor contundencia por la firmeza de los gobiernos de Betancourt y Leoni y la entereza de nuestra Fuerzas Armadas. El Dr. Caldera tiene el mérito de haber neutralizado, con su política de pacificación, la trágica infantilidad de muchos jóvenes a quienes los Castros entusiasmaron y engañaron para embarcarlos en su criminal aventura que llevó a la muerte a decenas de nuestros compatriotas. (Nuevamente recomendamos la lectura del libro: La Invasión de Cuba a Venezuela de Héctor Pérez Marcano). Es de elemental razonamiento que las armas, compre las quien las compre, serán siempre causa de negocios perversos, y que vistas con los lentes que ahora nos ofrecen los negociadores son instrumentos para provocar muerte. La muerte provocada es el mayor contrasentido del ser humano.

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