Alberto Nicolás Newman Briceño†

LOS LADRIDOS DEL GENERAL Palabreo de perros

Publicado el July 10, 2020

Que algunos perros se parezcan a ciertas personas y que algunas personas se parezcan a ciertos perros no es de extrañar. Pero se entra en dudas si se visten de uniforme porque parecieran iguales y solo se distinguen si ladran y si ladran de uniforme son perros. “Perro que ladra no muerde”. “ Perro viejo late echado “. Perro pequeño “apaga sus amorosos bríos cuando hay un perro grande que le muestra los dientes”. “Cuando más conozco a los hombres más quiero a mi perro”. Guardias pretorianos= “perros de presa”. En fin, un mundo de perros con el perdón de los perros. No quisiera creer que en Venezuela hay un “pleito de perros”, ni que en el gobierno usurpado de Maduro y en el de la oposición de Guaidó hay “perreras”. Pero cuando Iris Varela dice que tiene listos y entrenados 40.000 presos para enfrentar al imperio, la respuesta es: !Perra! Y cuando vemos agazapados a los de la mesita de noche negociando cupos burocráticos y diputaciones de complacencia; ¡Qué perros!. Y el control total de los medios, enarbolando mentiras, por los hermanos siniestros: “El perrote y la perrita”, y el acicalado fiscal: “Que lindura de perro”. Todo se ha mantenido y se mantiene en ese nivel de vida perruna, desde los esmirriados que acompañan a los pordioseros que han proliferado en nuestra calles y plazas, los indigentes que husmean en los basureros, que también han crecido, y gente que “uno no cree” revolviendo bolsas en busca de mendrugos para engañar su hambre y evidenciar la miseria y pobreza, a la que han llevado la nación , entre el 70 y el 90 % enc. de la UCAB, la misma que era hace dos décadas la más próspera y encantadora de América. Incluyamos también a los “perros falderos” que ahora en vez de enaguas se arrastran en pareja con uniformados que están en altos cargos y hasta en surtidores de gasolina, transándose en dólares, no en “perras” ni en petros. Les agradezco si se asoma alguna sonrisa al leer estos comentarios, pero debo confesarle que el sarcasmo es un barniz de humor a la arrechera en que se concentra la rabia, la indignación que todos tenemos, por ver como se destruye un hermoso y heroico país y que sean los militares, los que en mayor grado se involucran, los mismos a quienes la república les entregó las armas para su defensa y respeto a su soberanía, en el descomunal saqueo y entrega, hasta convertirlo en el más arruinado de los civilizados del mundo. Por DIOS, con la moral en alto, los “perros ladran y la caravana pasa”, me nutro en el convencimiento de tener la seguridad de que la institucionalidad militar, históricamente gloriosa, con la urgencia que este desgraciado tiempo exige, se reivindicará y volveremos a ser todos orgullosos merecedores de llamarnos hijos de Bolívar. Concluyo recordando al General Soublett que con sentido de pedagogía de estadista dijo: “no me preocupa que el pueblo se burle del Presidente, me preocupa que el Presidente se burle del pueblo”. En la honda de humor y dolor, vaya esta estrofa: “Entre ladrón y ladrar – la diferencia no es más – que uno se viste de verde -- y el otro lleva collar”.