LA SUERTE ESTA ECHADA EL FUTURO ES PROMISOR
Publicado el August 28, 2020
En la honda del cambio de régimen en donde los ciudadanos venezolanos estamos metidos, hablar claro y sin dobleces, hasta con metáforas, es condición básica para mantener la lucha que indefectiblemente habrá de llevar a la salida de Maduro, como el eje maligno de ese engranaje de incongruencias estúpidas, supuestamente revolucionarias, socialismo del SXXI. Personalizo en el usurpador, porque quienes lo acompañan y sostienen, el alto mando y otros, son segundones que correrán la misma suerte toda vez que hasta ahora han demostrado una tozudez de muy baja inteligencia para discernir que el daño que están causando es único en el mundo. Realmente se necesita ser muy limitado de entendimiento para llegar a creer que un país sin combustible y alimentos pueda subsistir, y que Maduro, que está cortando el gajo que lo sostiene, sin prever que colgado se ahorca y que al dar el último tajo a la rama se precipita al vacío, con fondo de piedras y púas al acecho. Ni que corras ni te encarames, tu suerte está echada. Pero también para la transición no se admiten rebuscos. Ajustarse a la ley en todo momento y nada de componendas. A Venezuela se le ha engañado mucho. El estudio para dar capacidad y la moral para reafirmar la honradez, deben ser cimientos imprescindibles en la actuación pública, expuesta siempre al ojo avizor de propios y extraños. La probidad y la enmienda sin complejos cuando honestamente se observen desvíos que comprometan la verticalidad del propósito, expuesto siempre a la celosa observancia de la pulcritud de las ejecutorias y honesta administración de los recursos. Tener presente que Venezuela no es rica y por ruina dejó de ser manga rota para meter mano impunemente; ni la socorrida caja de proventos para ganar adhesiones y simpáticos respaldos. Y por sobre todo no gastar un centavo en una bala ni en nada que tenga que ver con equipos bélicos y de represión. (Anunciar Maduro la compra a Irán de “misiles de 1500 km” es una aberración que confirma su insania mental). Pensemos seriamente en que vamos a reconstruir a Venezuela y que tenemos que repasar la obra ejemplar de nuestros héroes, de nuestros viejos políticos y maestros, de nuestros científicos, de nuestros empresarios, de la constancia y perseverancia de agricultores y ganaderos, de la paciencia y humildad de enseñar. De la santa vocación de nuestros médicos y personal sanitarista. De la prédica enaltecedora de nuestros sacerdotes. Que acá en los andes, sobran talentos, generosos, desprendidos. Que Mérida tiene una Universidad por dentro, que sus estudiantes como los de todo el país son la garantía que si hay futuro, porque defienden la libertad formadora hasta con su vida, que sus profesores, rectores, ex rectores, mantienen su apego a la docencia superior por encima del desprecio de sus pagas miserables. En la ULA, todo su personal, como en la Academia de Mérida, los Colegios profesionales, los gremios, los estudiantes y los ciudadanos en general, encarnan el orgullo que en la Ciudad de los Caballeros, sus héroes son intelectuales civiles republicanos. “NON POTES CIVITAS ABSCONDITA SUPRA MONTE POSITA”. El título de Libertador dado a Bolívar en Mérida, definió y consagró el carácter que en esta tierra de libros y de lápices, amores y cantos, montañas y flores, sueños e ilusiones, el autoritarismo y las dictaduras están proscritas. El Patriarca de las Letras, Don Tulio Febres Cordero, es sencillamente grandioso, humildemente universal. Mariano Picón Salas. Julio César Salas, el Cardenal Quintero, Alberto Adriani, Alberto Carnevali, Antonio Spinetti Dini, Antonio Pinto Salinas –asesinado por la dictadura de Pérez Jimenez – Ezio Rojo Paredes, es una enaltecedora muestra de esa sublime orientación civilista, a la que habrá de sumársele abnegados luchadores sociales, políticos, profesionales de la ciudad y del campo, nacidos en la encantadora meseta o aquerenciados en la más cosmopolita y universitaria urbe de “mujeres preciosas y sabios barones”. Maestros de la ciudadanía como José Miguel Monagas, Gustavo López, universitarios como Pedro Rincón Gutiérrez, sindicalistas como Bernardo Aranguren, políticos como Rigoberto Henríquez Vera, Carlos Febres Pobeda, Edilberto Moreno, Germán Briceño Ferrigni, Ezzio Valery Moreno, ese interminable desfile que la ha ganado para la ciudad y el Estado sitial de prestancia y obligada referencia en la lucha contra la barbarie e ignorancia. Obligado y grato es recordar la inmigración de Europa, los italianos, españoles, que llegaron para trabajar, amar, soñar y quedarse. Volar como una “águila blanca” más, en lugareña convivencia para enaltecer la belleza de nuestra serranía. La influencia republicana anida en la plaza bolívar de Mérida, en aulas de la ULA, en negocios, edificaciones y obras. Para el nuevo gobierno que necesariamente tiene que venir, estas reminiscencias, no pueden ser vistas como un volver al pasado, puesto que lo positivo de su huella es fundamento ejemplar para que lo bueno que habrá de hacerse tiene ese antecedente que si se pudo. Guaidó al frente, porque así lo dispone la Constitución, imposibilitado hasta ahora por la tozudez de Maduro y el alto mando militar, debe proceder con el respaldo legítimo de la Asamblea Nacional, único Poder Público con investidura legal, constitucional, a la activación de la soberanía popular, convocando la consulta electoral para darle el quiebre definitivo al aparataje usurpador, Maduro y su séquito. El estado de derecho que ciertamente en Venezuela está desconocido, borrado por la dictadura, tiene en su esencia inspiración creadora, autoridad suprema, para re articularse y cobrar plena vigencia con la trascendencia de un acto jurídico, político electoral, como el que debe convocarse a la brevedad para consultar la soberanía popular. Contando con el inmenso apoyo de las democracias de todo el mundo, solo nos queda dar Gracias a Dios y reafirmar el compromiso de la ciudadanía de rechazar por insolente las elecciones fraudulentas del 06 de diciembre, porque es “una estafa” que desprecia el valor del sufragio, del voto, como el acto en que la República pone en manos de cada ciudadano el destino de la patria. Esa es la auténtica soberanía. El trabajo es de todos y la meta es gloriosa.
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