Alberto Nicolás Newman Briceño

Nov 21, 1936 – Jun 06, 2025

Artículos de opinión del distinguido Dr. Alberto Newman

En memoria de un hombre sabio, íntegro y comprometido con su país.

LA PAZ SIN LÍMITE

Publicado el September 09, 2009

Cualquier esfuerzo que se haga para mantener la paz en el país y por extensión en la América que más nos toca, porque en sus venas hierve la misma sangre india, negra y blanca, entremezclada por ley natural y por gestas históricas en el más fecundo mestizaje étnico y cultural para hacer de los pueblos indo-afro americanos, con base hispana, factores humanos de convivencia libertaria y confraternidad solidarias, no debe tener límite ni siquiera en el pensar de que pudiera ocurrir algo que la perturbe o la ponga en entredicho. Lamentablemente, y como ya fuera calificado por representantes de otros gobiernos de irresponsable, el Sr. Presidente Chávez ha hablado de “vientos de guerra”. No es de extrañar, pues es su estilo en el lenguaje y acciones, repetido por sus corifeos. Recientemente lo hizo la Sra. Fiscal General de la República, lo que si debe llamar la atención, por no serle permitido bajo ningún concepto, ni moral, ni político, ni legal, amenazar y proferir anatemas “cuasi” de suspensión de garantías de derechos humanos, olvidándose que élla debe ser la más calificada y diligente defensora de la aplicación irrestricta de la Constitución y de cualquier instrumento conforme al ordenamiento jurídico vigente (será que quiere enmendar la plana de la embarrada por su propuesta de la Ley de Delitos Mediáticos).

La actitud confrontacional del Sr. Presidente es proverbial ya que la característica más repetitiva y, estudiada o nó, va dirigida a dividir y amenazar, desde el inofensivo término de “escuálidos”, el imaginario “fritarle las cabezas” a las “cúpulas podridas”, el poco original “oligarcas” y a utilizar expresiones en su escatológica verborrea que no admite disidencias, inspirado tal vez la muy antigua recomendación maquiavélica de “divide y reinarás”. Todo manejado en sus locuciones a sus propios gobernados, a quienes ama y desprecia, alaba e insulta, engañando a los menos con la esperanza de solucionarle sus problemas y decepcionando a los más con la errática y dispendiosa administración de los dineros del erario público, lanzado casi al voleo para conseguir adhesiones -el de Zelaya es un caso para psiquiatras que seguramente recomendarán pedir perdón a Carlos Andrés Pérez, a quien se le defenestro del cargo de Presidente de la República y hasta se le sometió al escarnio, a su muerte política, por haber dispuesto de 250.000 dólares de la partida secreta para apuntalar la democracia en la persona de Violeta Chamorro. Pero hay algo más en el cúmulo de incongruencias que atentan contra la convivencia pacífica y el desenvolvimiento sin zozobras de la vida civilizada y decente en Venezuela, es el afán armamentista y el querer meter en el desenvolvimiento cuotidiano, la organización y léxico del mundo militar, (EL PSUV, con sus brigadas, batallones, etc. Uniformados de rojo). Empezando por esa perla de la insensatez cuando a sus muchos gritos de combate se le agrega que la revolución es pacífica pero armada y esa otra construida, con ensamblaje de partes traídas de Cuba, de “socialismo, patria o muerte”, como si ya no fuera suficiente ver con horror y dolor la matanza de todos los días de buena parte de nuestra juventud.

Desgraciadamente para el régimen imperante la ambientación belicista es lo que cuenta y por eso sus políticas de defensa de la soberanía lejos de preocuparse por el desarrollo socio-económico, del fortalecimiento de su producción agroalimentaria, la generación de empleo, la educación y cultura de la convivencia, del trabajo honrado y fomento de las potencialidades de la nación y sus hombres, del desarrollo de sus fronteras, todo como expresión de vida digna, se orienta por el contrario en demostrar prepotencia, hecho ostensible más con la intención de meter miedo adentro, a su propio pueblo, que la de afectar a otros países afuera.

Quisiéramos cerrar esta entrega, destacando la apreciación que luchar por la Paz sin límite, entendida como un mandato de la convivencia civilizada, tiene por base la aplicación de la justicia, el trabajo por la erradicación de la pobreza, el rechazo al amedrentamiento orquestado por el gobierno en connivencia con los poderes públicos, auto anulados o postrados ante el líder y, por sobre todo, obrar en el convencimiento que en cada ciudadano debe ser motivo de orgullo para entender que la paz como expresión de virtudes y valores del ser humano, como derecho y deber, se hace extensiva o toda la sociedad y adquiere dimensión universal en la medida en que la conquistemos y consolidemos, en libertad y democracia, temiendo y glorificando SOLO A DIOS.

← Volver al índice