Alberto Nicolás Newman Briceño

Nov 21, 1936 – Jun 06, 2025

Artículos de opinión del distinguido Dr. Alberto Newman

En memoria de un hombre sabio, íntegro y comprometido con su país.

LA OBSESIÓN POR ETERNIZARSE EN EL PODER

Publicado el February 01, 2011

La obsesión por eternizarse en el poder es la más fuerte evidencia de la incapacidad de un gobernante. Son muchas las manifestaciones que en este sentido registra la historia, entendida por incapacidad el poco acierto para solucionar los problemas fundamentales de la nación que se gobierna, con las desviaciones de los recursos y las horas hombres que invierte en buscar manera y trácala que le permitan el transcurrir del tiempo sólo en beneficio de irse consolidando en el dominio del país o sociedad bajo su mando, dejando a un lado lo que debe ser prioridad del objetivo central de la administración de la cosa pública: el bien común, la justicia y la libertad. Es decir, el buen gobierno, que conllevaría a respetar los periodos cortos como base temporal para ejercitar el mandato fundamental de la soberanía popular, consagrando la alternabilidad, principio que se ha hecho norma en nuestras cartas magna, en nuestras ley de leyes, en nuestras constituciones, pero que por desgracia, de la manera más abyecta, se ha violado.

La alternabilidad en el gobierno es sabia, porque entiende que para hacerlo bien se necesita poco tiempo, ya que la dedicación abnegada que significa emplearse a fondo y con la mayor responsabilidad, conlleva desgaste, disminución en el rendimiento por obra del agotamiento de sus facultades que es connatural de todo lo que se usa y, por consiguiente, debe reemplazarse. Valga decir, que la alternabilidad en sí misma es acertado antídoto para evitar el envilecimiento, que por lo demás es lo que comúnmente se observa en los regímenes que quieren permanecer por mucho tiempo en el poder, que de actividad política que debe implicar dedicación y hasta sacrificio, se convierte en práctica de apetencias, de corruptelas, de acciones y negociados ilícitos que van contagiando a todo el cuerpo gubernamental y en la medida que incurre en desviaciones siente necesidad de perpetuarse en los cargos para encubrirlas, por lo que a la larga su destino siempre es el mismo: el estallido social, actuando el pueblo como “fuente ovejuna” con voluntad reivindicadora. Dejando bien en claro que los gobiernos que se aferran al poder son autócratas y por cuando violan la constitución se hacen reos de delitos contra los derechos humanos imprescriptibles.

Los comentarios anteriores vienen al caso porque recientemente –en historia el término equivale a estarlo sintiendo todavía, hoy- le han estallado en las manos de los mismas sátrapas que han acariciado por largo tiempo el poder en sus naciones –Túnez, Egipto- movimientos populares que ellos mismo han incubado desde el mismo momentos en se creen únicos –su principal incapacidad- con el agravante de haber sido amparados por países supuestamente democráticos –internamente tal vez- (Leer “La internacional de los tiranos” de Tulio Hernández, El Nacional, 30-01-11). Necesariamente tenemos que concluir con la sentencia del Libertador en el Congreso de Angostura de 1819, que tomada en su esencia es un mandamiento político- constitucional: “no hay nada más peligroso para una nación que sus gobernantes se mantengan por mucho tiempo en el poder, porque se acostumbran a mandar y el pueblo a obedecer, de donde se origina la usurpación y la tiranía”.

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