LA ESPERANZA SE RENUEVA EN DICIEMBRE
Publicado el December 15, 2010
Creo que para todos los cristianos de formación, más familiar en su educación que en su esencia teológica, el mes de diciembre nos trae el grato encanto de querer sentir al niño que siempre llevamos por dentro. Nadie escapa a ese espíritu navideño. Este año pareciera un tanto distinto. Esa bella tradición que se expresa por armar el pesebre, empezando por desenvolver y tener en las manos las diminutas creaturas (San José, la Virgen, el Niño, los Reyes Magos, la mula el buey, las ovejitas, y todo ese mundo enternecedor que conforman “los coroticos del pesebre” que cuando algún extraño se mete con ellos, lo que puede suceder es de pronóstico reservado) y que algún orfebre santero puso en el mercado y cada familia tiene sin acordarse cuando llegó al hogar, a no ser las que se trasmiten de abuela a madre, a hija, como legado generacional en la línea del género cuando las mujeres muestran la excelsa magnificencia de dar a luz, en cuyo entorno se regocija la amorosa humildad de reunirse, inclinándose para contemplar el más bello cuadro de la religión cristiana, el nacimiento del Hijo de Dios, hecho hombre. Este año hay un empeño en opacar tan hermoso sentimiento.
Es que acaso no nos damos cuenta que por copiar a la “revolución cubana”, comunista para más señas y por tanto enemiga de las manifestaciones del espíritu que toman cuerpo en religiones como las cristianas, hay un no oculto propósito de proscribir e irrespetar a sus culturas por aquello de “que son el opio del pueblo”, dando paso a la más abyecta creencia y repugnante endiosamiento como el culto a la personalidad del líder, jefe, caudillo, de cuya práctica tenemos pavorosos y deprimentes registros: en Rusia con Stalin, en Corea del Norte con Kim Il. Jung, en Cuba con Fidel, Gadafi en Libia, Mugave en Simbawe, en todos cuantos países se ha asentado la barbarie y se quiere mandar a perpetuidad. Y es por lo que aquí en Venezuela hay una campaña atroz contra la Iglesia Católica, llegándose al caso de enfilar sus dardos hasta contra las manifestaciones más bellas de nuestra tradición cristiana; intento fallido que en este diciembre el régimen quiere nuevamente ensayar, bajo la modalidad del valimiento de los desastres naturales, tomados como pretexto para ocupar cuanto espacio encuentre a fin de proyectar al “Comandante en Jefe”. Tocado como está en su obsesión reeleccionista y a punto de estallido por el convencimiento in crescendo de que las perderá irremisiblemente en el 2012.
En el orden expuesto, qué otra explicación puede tener que en ejercicio atropellado la Asamblea Nacional –Poder Legislativo- embuta proyectos de leyes que deberían meditarse con serenidad, consultarse con los sectores a las que están dirigidas y por elemental respeto a la propia institución parlamentaria dejar que sus materias se debatieran en la nueva Asamblea Nacional que habrá de instalarse el próximo 05 de Enero. En este despelote, la Ley Habilitante –la cuarta que se le otorga-, más que un instrumente normativo , innecesario desde todo punto de vista, es una autoacusación, una confesión de parte, un reconocimiento expreso de la incapacidad y mediocridad de los actuales parlamentarios “rojo rojitos”, equivalente a la representación del entreguismo y el rastacuerismo desvergonzado.
Para abundar en el señalamiento del propósito de hacer de este Diciembre, un mes distinto al gratísimo de la tradición, el régimen trastoca el concepto del regalo navideño, del aguinaldo como felizmente se le llama, y así al lado de anunciar medidas para paliar, solucionar problemas y aliviar penurias, causadas por las intensas lluvias, el Jefe de Estado se le ocurre darle el “consabido aguinaldo” a 43 familias que tiene propiedades en las zonas mayormente afectadas, Sur de Lago de Maracaibo, anunciando la expropiación de sus predios. Y como si fuera poco, ante la firmeza demostrada por los productores afectados, el mismo que en su alocución de El Vigía los insultó llamándolos delincuentes, criminales que han matado, terracogientes, quiere quebrarles la voluntad de seguir trabajando y ampararse en la Constitución para defender lo que legítimamente les pertenece, los amenaza con que utilizará el ejército para ir contra ellos y consumar su fatídico anuncio. ¿No estaremos acaso ante uno de los clásicos recurrentes modos de proceder dictatorial del Jefe, hecho caudillo, de utilizar los ejércitos –las Fuerzas Armadas Nacionales- para ocupar sus propios países?
Quede en el aire la interrogante, viendo que otro año malo está por terminar con un final aún peor, pero sobrepongamos con el mayor optimismo y recordemos que con GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS Y EN LA TIERRA PAZ A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD, en diciembre siempre se renueva la esperanza.
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