INSENSATEZ CULPOSA… Y RIDICULA
Publicado el August 04, 2009
Solo la insensatez culposa puede dar asidero a la idea de sumar para el proyecto revolucionario del Socialismo del Siglo XXI los acontecimientos ocurridos recientemente en la República de Honduras. Nos resistimos a agregarle el término bolivariano porque por más que se ha irrespetado hasta la saciedad, inventando aquello de poner a caminar la Espada de Bolívar por América Latina y llegar a la inmundicia de hacerle entrega de una réplica a Mugave, sólo la mención repugna, la memoria del Libertador está muy por encima de quienes no tienen cómo justificar sus inconmensurables disparates. Aparte de que este endiosamiento del Padre de la Patria no tiene ninguna originalidad pues viene de mucho antes y ha sido recurso, por escases, de gobernantes venezolanos de vergonzosa recordación, empezando por Guzmán Blanco, Cipriano Castro, Gómez, López Contreras, con sus Cívicas Bolivarianas, que han suplido sus carencias como si se tratara de una invocación divina de efectos magnificentes e indulgencia plenaria, sin detenerse en la deformación de su legado.
Enfocado así el caso de Honduras, en la seguridad de que el régimen venezolano, que no lo oculta, está metido y comprometido a más no poder en que este “hecho político” no tenga las salidas que las propias instituciones hondureñas le han dado, siendo evidente la injerencia del chavismo desde antes del afloramiento del problema, o sea la destitución de José Manuel Zelaya Rosales y su traslado a Costa Rica, creemos que, sin entrar en pormenores, solo es necesario considerar algunos otros hechos que bien pueden dar luces sobre lo acontecido y pueda suceder. En primer lugar debe tenerse presente que Zelaya, como Presidente de la República de Honduras violó la Constitución y, por consiguiente, su destitución por parte de todos los poderes públicos está ajustada a derecho, puesto que además se cumplió el procedimiento pautado por el ordenamiento legal de ese país. Claro está que esto ocurre en una nación donde la Constitución consagra y se respeta la división y autonomía de los poderes del estado. En segundo lugar, debe observarse que internacionalmente hubo una diligencia inusitada, ausente en caso similar en la República de Ecuador –destitución de Lucio Gutiérrez- y en menor escala en la violación flagrante que viene dándose en Venezuela. Por fortuna ya ha pasado más de un mes que los corricorre del ALBA, la OEA, la ONU, con sus precipitadas y maniátate decisiones, en cuyo lapso se han ejercitado táctica dilatorias como para atenuar la hipocresía, no exenta de aderezo ridículo, sin que se haya logrado doblegar la entereza de las instituciones hondureñas, por lo que pareciera que los más interesados en sumar otro trofeo a la causa de la banda de los cuatro se quedarán solo presenciando la película de vaqueros que reedita una de Pedro Armendáris. Tal vez el “Retorno del hijo de Juan Charrasqueado”. (Que los amables lectores me perdonen porque disfruté al máximo la Época de Oro del Cine Mejicano. De niño tenía el privilegio de asistir al cine porque, sencillamente, siendo alumno de Don Pedro Rangel –dueño de los aparatos de proyección-, yo elaboraba los cartelones para anunciar las películas con engrudo, papel y zapólín. Escuela Manuel Gual de Lagunillas.) Ahora al señor Zelaya solo le faltan las “pistolas al cinto”, creo que las tiene en el jeep con que sustituyó al caballo.
El caso de Honduras ha puesto de manifiesto la facilidad con que se manipulan los organismos internacionales, incluido el viraje yancófilo para complacer al traspatio, y cómo con el mayor descaro se apuesta al interés del momento para aparentar respeto a principios y normativas democráticas que en su vida la han tomado en cuenta. Valga la interjección ¡Qué voluntad! Fidel y Raúl hablando de restitución de la democracia y aplicación de sanciones para lograrlo. Y en nuestro territorio condenando y anatematizando los golpes de estado a la par de estarlos practicando con desafío y arrogancia. El envalentonamiento, insensato y ridículo, con que participa el estamento político, militar, con responsabilidades de gobierno en nuestro país, que en su afán de dominar y proyectar a otras naciones la revolución que Fidel no pudo hacerlo, ni siquiera invadiéndonos como pretendió en el década del 60, ahora quiere el comandante llanero llevarlo a cabo en una pequeña nación de centro América, contando con la inmadurez e irresponsabilidad del frustrado artista ranchero que no supo desempeñar el cargo de Presidente, lamentablemente al final de su período. Que Dios ilumine a la República de Honduras para que le dé una lección de democracia al mundo que tanto la necesita.
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