Alberto Nicolás Newman Briceño†

GRACIAS PADRE KIQUE VOZ DE DIOS

Publicado el November 14, 2019

Cualquiera que sea la apreciación que se tenga sobre el régimen de Maduro y sus efectos devastadores sobre la realidad socio, política, económica, actualizada y de proyección futura, tanto en el ámbito nacional como en el internacional; valga decir, el enfoque global de lo que está pasando, nos obliga a reflexiones profundas, con motivaciones insoslayables que nos debe incitar a la acción inmediata porque está en juego la propia existencia del país como república, en extremis de vida o muerte para los que vivimos o nacimos en la más bella y encantadora nación de América. Considero necesario haber dicho lo que antecede porque es la voz de la conciencia la que nos llama a tomar partido, ha pasar de la expectación a la participación, porque la indiferencia, mantenerse neutral, podría ser complicidad, encubrimiento, cohecho, con quienes dejaron de ser ciudadanos para convertirse en ejecutores del más cruel plan de dominación y sojuzgamiento, habida cuenta que reciben instrucciones, asesoramiento y abierto mandato de ideologías y regímenes fracasados, movidos por ese afán de mantenerse a costa de bienes y servicios de naciones en donde la democracia es débil y tienen cuerpos militares que corrompieron para que a su vez apoyen a los altos jerarcas que usurpan el poder central sin respetar leyes y normas constitucionales. Matar es un pecado y en las más de las veces es un delito, pero dejar que exterminen a un pueblo por hambre, por embrutecimiento, por empobrecimiento, por corrupción , por empujarlo a que abandonen la tierra de sus ancestros, de su cultura, de sus sueños, del futuro de sus hijos, sumado a la agresividad que evidencian contra otros países que no comparten su entreguismo, su bajeza, su asqueroso servilismo, es un pacifismo torpe que llora ante los ojos de los hombres libres del mundo. Acabo de ver las declaraciones del Padre KIQUE y no dudo de aceptarlas como la VOZ DE DIOS. Gracias Iglesia Católica Venezolana por llenarnos de entusiasmo para llevar adelante la voluntad de liberarnos. Nos veremos el 16 de noviembre en las calles, en las plazas, en los talleres, en las aulas, a cielo abierto, en donde la buena voluntad congregue a los hombres para decirle al mundo que “la noche quedó atrás” y que ya estamos en los albores de un día luminoso.