GRACIAS A DIOS…ADELANTE
Publicado el December 22, 2019
A punto de cierre del año 2019, rico en frustraciones en los empeños del cambio y terco en la tozudez de mantener en el poder y gobierno nacional al usurpador régimen que ciertamente desconocen 60 países del concierto de naciones libres, la mente se llena de pensamientos que no siempre son optimistas en contraposición a la robusta esperanza que se abriga en nuestros corazones y que es el más firme convencimiento, el más racional asentimiento de lograr el anhelo del 90 % de los venezolanos, hartos de tanta maldad y de ese insulto continuado de los jerarcas Castrocomunistas que no tienen el menor escrúpulo en mostrar su mediocridad para despreciar a la ciudadanía venezolana en todos los actos de la vida y de la muerte diaria. Históricamente cargado de acontecimientos negativos, perversos, podemos dar por seguro que todos deseamos que la cuenta regresiva se acelere y se vislumbre los días venideros con presagios de ser mejor porque nadie podrá imaginarse que las maldad pueda causar males mayores hasta a los ahora sufridos. La lucha es entre el bien y el mal. En el escenario de un nuevo año la lucha debe continuar. El registro socio político nos confirma que enfrentados los regímenes dictatoriales con decisión de salvar el Estado de Derecho y dejar bien librada la República el mal tambalea y se erradica, pasando a ser madrigueras de gentes armadas, algunas con ropaje institucional e investidura legal, devenidos en manadas de traficantes, de ladrones de combustibles, de oro, de coltán, de piedras preciosas, de mercenarios y mercaderes de negocios, abusivos y sucios, en gran medida repugnantes y pretenciosos ostentadores de sus riquezas mal habidas. De vez en cuando, un hecho fortuito los pone al descubierto –lamento tener que reseñar el trágico accidente de aviación del 18.12.19 en donde fallecieron 9 presuntos vinculados a la satrapía-. Con todo y que el saldo del año no arroja cifras positivas, ni hechos ni actos dignos de encomio, si debemos destacar que los ánimos no han decaído y que Guaidó ya es un símbolo, la ciudadanía se mantiene intacta, la AN cuenta con diputados firmes y lúcidos. Las Universidades, las escuelas, profesores y estudiantes, maestros, profesionales, empresarios, ganaderos y agricultores, modestos trabajadores y técnicos, constituyen la sociedad de la esperanza. Hombres y mujeres que representan el 90% más cinco millones que están afuera, diáspora migratoria, son garantía que en el porvenir habrá de recatarse institucionalmente Venezuela. No debo concluir este comentario de despedida de “año viejo”, sin compartir con mis amigos y familiares, el orgullo de hacer público -modestia aparte- , el hermoso regalo que Dios nos hizo de haber permitido llegar a feliz término, el esfuerzo y la perseverancia de mi hijo Anthony Newman González, de recibirse como Ingeniero en Computación en Virginia, Richmond, VCU, EEUU, con honores: Summa Cum Laude. Hago extensiva las gracias de la familia al Colegio Salesiano San Luis de Mérida, al amoroso respaldo de las tías Aryenita Newman y Yilo Newman, al maternal y filial cuidado de su madre Josefina González y su hermano John Henry Newman González. Dios los bendiga. Salud Anthony. Que el Santo John Henry Cardenal Newman te acompañe siempre.
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