¡EXPROPIESE! Militarismo=primitivismo
Publicado el August 07, 2020
Con la doble intensión de predecir que Venezuela va a entrar muy pronto en recuperación institucional y que su gente no puede olvidar que el principal causante de la tragedia anunciaba el inconmensurable desastre con la expresión ¡exprópiese!, este comentario, como siempre va cargado de optimismo. En derecho penal el delito atenúa o agrava su pena según vaya acompañado de circunstancias que el juzgador debe tomar en cuenta. Ruego se me permita no ahondar en estas consideraciones previas, pero sí empatarlas con lo que ha sido característico del régimen desde que se instala como crimen tristemente anunciado: la brutalidad y la prepotencia. La euforia que despertó en las masas populares, estimuladas por el desgaste de los partidos políticos y el resentimiento académico de notables, intelectuales y políticos, entrados prematuramente en decrepitud, dio lugar a que se aplaudiera la insurgencia de la barbarie y el delirante grito de festejo, cuando el ungido líder, improvisado mediocre, se le ocurría decir cualquier palabreja “vergataria” de su obsceno léxico. Lo lamentable es que fueron todos los estratos sociales, civiles militares -tal vez por primera vez sin injerencia directa de EEUU o Rusia- en tal grado de contaminación que hasta un estadista, tan bien formado como el Dr. Cardera, incurriera en el infeliz “sobreseimiento” que de “loco de carretera” lo encaminó a Miraflores. Recuerdo, sintiendo en mi propia faz el asomo de una sonrisa burlona, cuando en el Senado de la República ingenuamente me atreví a comentar el irrespeto que el ”locadio” le hacía constantemente al cuerpo legislativo. Mis distinguidos colegas me despreciaron la observación con un “no se preocupe que ese bolsas se cae por su propio peso” … el bolsas nos cayó encima. No olvidar lo que ha pasado en estas dos últimas décadas, tomado a beneficio de inventario. Es insumo obligante para ver con claridad el pasado, examinar con firmeza el presente y proyectar con certidumbre el futuro. “Exprópiese” es la expresión que retrata con mayor nitidez al régimen, no solo porque es violación flagrante de la Constitución sino porque además atenta contra el sentido de la pertenencia, tanto a la persona humana, como a las instituciones públicas y privadas. Es un desarraigo que se toma de un bien, en una conducta, en una organización, que priva de derechos y obligaciones. En conjunto configuran un mundo civilizado, una nación con estado de derecho, una república. Es justamente en este enfoque en donde el régimen le ha causado mayor daño y perjuicio a Venezuela. No siempre precedió la palabreja, “exprópiese”, pero el propósito de afectar siempre ha estado presente. Todo lo que últimamente se ha hecho tiene el signo de la expropiación. En economía, en educación, en salud pública, en la estructuración, división y funcionamiento de los poderes públicos. En el diario convivir. En la división territorial. En el concepto de centralismo, federación, estadal y municipal. En el funcionamiento del estado de derecho. Bastaba con gritar: ¡exprópiese” para que el TSJ –que pena- se arrodillara y los tambores del populismo retumbaran sin conciencia, sin presentir que el hambre callara a la propia gente años después (el hambre no grita, apenas se queja). Presenciamos cuando desde El Vigía, el locadio, devenido en endiosado caudillo, se ensañó en la finca de mi hermano Albino Newman, la Chapala, Guayabones Edo. Mérida. Hoy en manos de la Guardia Nacional. Instaló un comando, es un erial de monte, chatarra y sueños. Los sueños son de Albino, representado en la entereza de un hombre integral que como ingeniero civil y ganadero consagró su vida a servir a la nación. Gracias a Dios que está vivo y vivirá en el recuerdo imperecedero de ser una personalidad, ejemplo de rectitud, bondad y amor al trabajo. Con antelación he dicho de las conductas y circunstancias agravantes. En Venezuela se dan ambas, en algunos casos con brutal ferocidad, con torturas y muertes. La expropiación como la ha concebido y practicado el socialismo del S XXI, atenta contra cualquier manifestación autonómica, de libertad, de emprendimiento, para hacer que la vida este engranada al estado centralizado. La injerencia de los cubanos, refuerza el propósito del dominio en toda la vida, con especial énfasis en lo militar, registro civil, notarial e identificación, por cuanto éllos en estas materias son expertos y tienen 60 años de experiencia. Nunca estará por demás insistir en señalar que el descubierto empeño en empobrecer –ser rico es malo- no tiene nada reivindicativo para calmar las necesidades de los desposeídos. Que militarismo es dicho, sin ánimo de ofender, como término de prepotencia que en la historia de la humanidad siempre es registrado como el causante de la agravación de los conflictos, y que, en las actuales circunstancias, la participación de las FFAAB, debe revisarse a fondo, pensando seriamente en su propia existencia, como institución única y exclusiva l servicio de la patria. Pero todo tiene su final, más cuando el fracaso es del tamaño del país y sus conductores, torpes, con prontuario criminal, no se han dado cuenta que el “alma nacional” está intacta y Dios nos ha puesto en manos de nuevos líderes, cada ciudadano está dando muestras de serlo. La Iglesia Católica en primer lugar, visto todo con una dimensión humana, moral, espiritual, sin burocratismos saqueadores del erario público, dejando en sus cuarteles el militarismo de prepotencia bélica anticuada, con vocación de servicio y optimismo ante la adversidad, entendiendo que con estudio, trabajo y amor al prójimo y la patria saldremos adelante, con justicia y paz.
← Volver al índice