EL SECUESTRO CRIMINAL Y POLÍTICO
Publicado el June 03, 2012
El haber vivido y sufrido en carne propia la experiencia angustiosa de un secuestro, en proporción ínfima a la que le tocara, en la misma acción delictiva, al joven empresario Alexander López Guillén, vinculado a familias con quienes me unen lazos entrañables de amistad fraternal encabezadas por los prohombres de ciudadanía, Luis López López y Nicola Lamantía, que han hecho de sus negocios emporios de dignidad, construidos con trabajo sobrado de tesón y honradez, sumado a dolorosos recuerdos por las capturas, en similares circunstancias de Carlos, el querido hermano que cayó en manos asesinas hace más de 9 años, y las del sobrino -2 veces-, nieto de Albino, el mayor de la progenie Newman Briceño, de quien debo decir, con modesta honradez y el ruego se me dispense la alusión familiar, ha sido objeto de ensañamiento del régimen del Sr. Chávez (le confiscaron la propiedad de su finca, en la misma forma prepotente al igual que otras en el Sur del Lago), y por tantos hechos abominables que los amables lectores conocen, me veo en la necesidad de utilizar este espacio, por generosa disposición del DIARIO FRONTERA, en su inequívoca gerencia de mantener abierta la libertad de expresión, y cubrirlo para destacar y hacer énfasis en algunos aspectos, tal vez muy pocos, de los muchos que en este momento el País reclama con urgencia para mantener su reinstitucionalidad.
El secuestro de empresarios es la expresión más acabada de la inseguridad. Valga decir, la criminalidad practicada con alevosía, premeditación, ensañamiento y ventaja, con el agregado agravante que tiene el deliberado propósito de ir contra la nobleza convivencial de la sociedad para tratar de desviarla de sus virtudes y amor por el trabajo, la solidaridad ante el prójimo y el bien común, anular el respeto individual e institucional, hacer del delito fuente de enriquecimiento y acabar con toda actividad e iniciativa que conlleve dedicación personal y familiar para defender la propiedad y fomentar su desarrollo y, por consiguiente, el progreso de la nación. Es en definitiva, un delito que atenta contra la soberanía de la nación, practicado a cuenta gotas. Estas últimas consideraciones podrán ser los objetivos políticos de mediano y largo alcance. Por eso, no es posible que la Cuba socialista-comunista sea un campo de acción atractivo para los secuestradores de oficio. Dicho sea de paso, estos últimos son los “peones” de las organizaciones, nacionales, internacionales, binacionales, “pranes” algunas veces, con cabecillas que no hacen el trabajo “sucio” de ir a las fincas, cargar con la víctima, ocultarla y custodiarla, moverse con obsesión de la muerte que ocupa su mente. Los cabecillas actúan sobreseguro y se ocupan de la extorción y todo lo que sea proventos de su insaciable ansiedad monetaria.
Enfrentar el secuestro debe ser política de estado y en el orden práctico a los cuerpos de seguridad debe dotársele de todos los recursos, involucrando en su combate a todos los componentes militares, policiales, judiciales. Entender que lo menos importante es la declaradera a los fines de neutralizar la elocuencia de las cifras espantosas de la inseguridad que a todos nos apena y causa dolor.
Concluyo dando GRACIAS A DIOS. Y a ti, Alexander, mi reconocimiento por la entereza de hombre integral que observaste en momentos aciagos en que se pone a prueba el valor humano. Adelante hermano que aún tenemos muchas cosas que dar por Venezuela, la democracia y la paz..
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