EL FINIQUITO DEL CICLO DEL PRESIDENTE CHÁVEZ
Publicado el October 02, 2011
Hemos venido insistiendo en que la situación que vive el país, la muy mala que sufre en su gran mayoría los venezolanos, nos compromete a todos, incluido los pocos que la disfrutan porque aprovechan sus puestos burocráticos para llenarse a manos ávidas sus insaciables arcas –somos la nación con la más alta corrupción en el mundo-. Este compromiso envuelve un llamado angustioso para actuar a la brevedad a objeto de evitar se prolongue por mucho más tiempo, que de no hacerlo las generaciones venideras nos recriminarán por irresponsables e ineptos. La gravedad y el temor a que empeore ya adquieren rango de motivación suficiente para hacer los pronunciamientos que a nuestro juicio den cuerpo a las acciones pertinentes.
Particularmente creo que debemos considerar el finiquito del ciclo de Chávez. Cumplida más de la docena de años de haberse iniciado, no sin reconocerle al comienzo de su gestión el entusiasmo de las escobas nuevas, su capacidad de barrido con el tiempo no pasó de ser un escobilleo de joropo llanero que redujo a estéril polvo un proyecto de revolución con visos de sancocho con recado de olla castro-comunista, fundamentalismo gadafiano, lumpias chinas, caviar, huevos de esturión rusos o bielorrusos, (armas y endeudamiento nunca vistos) rociados con whisky y generosidad en la dádiva a otras naciones, para al final del espectáculo servirle en la mesa al “imperio”, al que se insulta pero con quien se tienen buenas relaciones, su plato favorito: “el negocio son sus negocios” (se le vende petróleo y con los dólares producto del negocio se le compra comida y equipos que no somos capaces de producir, porque la “revolución”, que al imperio no desvela, se empeñó y lo viene logrando eficazmente, en destruir lo poco que ha sido esfuerzos de iniciativas privadas. Ejm. Cada día se produce menos leche por que el Sr. Presidente ¡Qué mala leche! No quiere reconocer ni siquiera un precio equivalente a sus costos de producción.
Pero no es solo porque el tiempo –cerca de 14 años- ha demostrado hasta la saciedad la ineptitud, incapacidad e irresponsabilidad del régimen. Es porque también en cualquiera parte del mundo, la ilegitimidad por desempeño se prevé reduciendo el periodo –la sabiduría de Bolívar la sentenció en su Discurso ante el Congreso de Angostura -1819-, llegando recientemente a las insurgencias populares contra las fosilizadas satrapías despóticas del Norte del África y Oriente Medio.
Estamos asistiendo pues a un proceso que ya toca a su fin; y por ello en el trance de tener que reconocer que se le cumplió su ciclo y ante la posibilidad que se envalentonen pasiones, o se exacerben ambiciones de mando, civiles y militares, cualquier previsión para que se produzca el cambio de manera civilizada –elecciones del 07 de Octubre de 2012- debe estar presente y se tomen medidas muy serias y respetables. Rechazar con el mayor énfasis las destempladas e irresponsable declaraciones de altos jerarcas militares –algún emparentado político también- que buscando ascenso, quieren mostrarse simpáticos (¿), sumisos (¿), o agradecer distinciones que no merecen. Teodoro Petkoff ante estos despropósitos ha sido la voz digna del respeto a la Constitución y al Estado de Derecho. La idea de la Mesa de la Unidad Democrática de producir un instrumento legal que normatice la transición –difícil que la AN lo apruebe-, es sin duda, independiente de que cuaje, un llamado a la sensatez y al feliz desenlace y cierre de un paréntice en la historia republicana-democrática que tristemente se recordará como tiempo oprobiosamente perdido.
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