EL CONGRESO DEL PARTIDO COMUNISTA CUBANO… DIEZ AÑOS, NO MÁS
Publicado el April 23, 2011
La celebración del Congreso del Partido Comunista de Cuba, recientemente realizado en La Habana, despertó expectativas en el mundo entero, pero tal vez fue en Venezuela en donde se esperaba con mayor intensidad sus resultados. Esto, sin esfuerzo es fácil de predecir por la sencilla razón que nuestro país, en lo que atañe a la conducción por el Gobierno de Chávez, se ató de tal manera a la “revolución cubana” que no sería temerario premoritoriar que la misma suerte de ésta la correrá el régimen instaurado aquí, cuarenta años después de haber bajado de la Sierra Maestra, Fidel Castro y su gente, y haber desalojado del poder a Fulgencio Baptista. Recordemos el fanatismo, casi infantil, de Hugo Chávez, cuando en verso de dudoso acierto y gusto llamó a la Cuba de los Castro, “Mar de la Felicidad”, el mismo mar que ha servido de lecho a miles de cubanos que desesperados en busca de la libertad y el “pan nuestro de cada día” se arrojan a sus aguas, prefiriendo desafiar las fauces de los escualos –tiburones- al ensañamiento de un régimen que ya tiene en su haber considerable número de fusilados, presos y evadidos, como todos los fosilizados de la misma especie comunista que han existido y aún existen, muy pocos por cierto, Gracias a Dios, a su Santidad Juan Palo II, y al irreductible amor a la libertad de todos los hombres; amen del estado ruinoso y de privaciones sin límites, que es lo único que puede mostrar la “revolución cubana” como balance cierto de sus 52 años de estarse practicando.
Sin pretender profundizar en el análisis del extraordinario evento del Partido Comunista Cubano, pero sí tomando en cuenta lo observado en el párrafo anterior; es decir, el empeño por parte de Chávez de seguir sus pasos, sus fundamentos filosófico-políticos: el obsoleto e inviable marxismo, leninismo, sus prácticas autocráticas y el militarismo- armamentismo exacerbado, cualquier observación superficial, -que honradamente reconocemos es lo que estamos haciendo-, tiene que detenerse en aspectos que tanto allá como acá, atormentan las mentes preocupadas por el destino de la humanidad. En apretada síntesis, podemos señalar que en materia económica en Cuba, ya hay un reconocimiento al fracaso de la eliminación de la propiedad, a la desprivatización y estatización absoluta, y el haber tratado al ciudadano como simple cifra de estadística: la despersonalización del individuo frente al poder omnímodo del Estado, ejercido única y exclusivamente por las cúpulas gobernantes. Algo como el enfoque que el propio Raúl Castro asomó cuando dijo que estaban en camino al borde del abismo, de la necesidad de despedir empleados públicos, de permitir que la iniciativa privada se ocupara de pequeños negocios para adquirir bienes y comercializarlos. Todo en pequeño, pero son verdades que apuntan a hechos y apreciaciones más grandes, como aquello que la economía cubana es tan frágil, que se soporta y depende de los aportes del Gobierno de Venezuela –llamémoslo “aporte” para no entrar en pormenores-
Razones de espacio y especiales consideraciones a los amables lectores me obligan a concluir que el Congreso del Partido Comunista Cubano tiene más lecciones para el chavismo que para el propio pueblo de la bella y sufrida isla. Sobre todo aquello de que en lo cargos públicos el tiempo de permanecer en el mismo no debe ir más allá de 10 años. Claro está que después de estar disfrutando por más de 50 años las mieles del poder, en las altas esferas, y no haber dado indicio alguno de renovación en sus programas y cuadros, declaraciones de esta naturaleza no pasan de ser cínicas expresiones que solo podrían servir para evidenciar el fracaso de la revolución que se ha pregonado, aplicado y tratado de exportar, y en algunos países, como el nuestro –nos duele decirlo- importar. A confesión de parte relevo de pruebas.
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