DIALOGO O INTERLOCUCION DE CHISMES
Publicado el September 23, 2019
Los diálogos como expresión del deseo de poner fin a la más espantosa tragedia que ha sufrido la nación, que se engendra en la ambición de poder de un grupo de militares alentados por soterrados personajes que han paseado su mediocridad en el submundo de los negocios sucios, algunos con ínfulas filosóficas de profetas, intelectualoides llamados “notables”, pero que ciertamente sabían que destruyendo la institucionalidad republicana el desastre, como lo estamos viviendo era inevitable. En principio la interlocución como diálogo perverso se da en las reuniones conspirativas del samán de guere, del saber por parte de los superiores jerárquicos del golpe de estado contra el presidente Pérez, del fracaso ante su reconocida valentía, del “por ahora” y hasta de susurro y la conseja que precedió al error político de sobreseer a semejante granuja. Pero es a partir de la irrespetuosa grosería en el acto de juramentación, cuando el pillo llamó moribunda a la Constitución de la República de Venezuela, la del 61, con 40 años de vigencia (lamentablemente no hubo alguien que pusiera en su sitio al enajenado mental), es que debe verse el diálogo como parte del juego político pervertido; no así como instrumentación positiva para intercambiar ideas, para definir orientaciones administrativas, de desarrollo económico, de relaciones internacionales, de programas de gobierno, de salud pública, de educación, de desarrollo social, de todo lo que tenga que ver con la cosa pública, del bienestar de las gentes, de sus libertades de expresión y asociación, de su conducción militar, de los períodos y lapsos electorales, de las políticas de desarrollo industrial, agropecuaria, minero, de esparcimiento y recreación, del cuidado especial de las madres, los niños, la vejez… es decir, de todo, absolutamente todo debe ser insumo de diálogo, sin que en ningún momento se contamine con la mentira porque se desnaturaliza. Claro está que en dictadura el diálogo no tiene sentido, a menos que sea para erradicarla. Esto en l orden a que la democracia es perfectible y se ejerce todos los días, en el caso de Venezuela, tomados los últimos acontecimientos a beneficio de inventario, el nuevo diálogo, el que se jugó en la obscuridad debe considerarse falso pero útil para deslastrar del espectro político los consabidos pilluelos dialogantes. Ruego se me permita agregar que la interlocución tiene que ser selectiva y apuesto a que el propio Juan GUAIDO, como Presiden te Constitucional –E- debe llamar, con la seriedad, altura, responsabilidad y majestad de su investidura, juramentada ante el pueblo de Venezuela y expreso mandato de la AN, al Alto Mando y de manera especial al Ministro de la Defensa, para que entiendan y deben cumplir que son ellos quienes pueden poner término a ese “sui generi” comportamiento de tener duplas en el cuadro del alto gobierno, que ciertamente nos expone ante el mundo civilizado como juego infantil, esquizofrénico, cobardón. Digo esto sin profundizar en que constitucionalmente el Comandante en Jefe es Guaidó. Debe privar en estos contactos el espíritu del verdadero diálogo y tener siempre por delante que la salida de este atolladero estúpido, doloroso por las muertes y la diáspora, nos está afectando a todos, con proyección vergonzosa a los países hermanos. No es cuestión de quien va a ganar. Todo el mundo lo sabe: Ganará la democracia, la justicia, la paz. Con la ayuda de DIOS, muy pronto el diálogo se trasformará en grito de júbilo, porque no hay razón alguna para que se mantenga en el poder la encarnación de la maldad, la corrupción, la destrucción del alma nacional. Reitero que Venezuela vive un estado de necesidad por lo que es obligante, jurídica y moralmente, actuar y sin dilación pedir, apartando dudosa soberanía y rebuscado patrioterismo, la aplicación del principio de la “responsabilidad de protección” y el Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca. LOS FALSOS ESCRUPULOS NO PUEDEN JUSTIFICAR LA INDECISIÓN. GLORIA AL BRAVO PUEBLO.
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