Alberto Nicolás Newman Briceño

Nov 21, 1936 – Jun 06, 2025

Artículos de opinión del distinguido Dr. Alberto Newman

En memoria de un hombre sabio, íntegro y comprometido con su país.

DEFENDER LA DEMOCRACIA ES DEBER DE CIUDADANÍA

Publicado el November 21, 2010

Cualquier enfoque que se haga sobre la realidad que nos ha tocado vivir en Venezuela en los últimos años, digamos una docena, tiene la particularidad de mostrarnos un mundo en el que somos nosotros mismos los actores de un drama con distintos papeles, pero siempre signados por el de víctimas, en cuenta de haber estado orientada toda la acción para controlar la sociedad por parte del gobierno central, el único que se impuso desde sus comienzos, y haber ido desarrollando un proyecto de “revolución” que a medida que el tiempo transcurre se define como un régimen ajeno a la cultura democrática, creada y fomentada durante aproximadamente los cincuenta años anteriores a esta experiencia negativa. Nos identificamos como las víctimas por cuanto sólo se nos toma en cuenta como masa para moldearla, para transformar nuestra manera tradicional de ser, nuestra ideosincracia de pueblo libre que no se deja penetrar fácilmente, que no se ha querido ir del territorio nacional, así se lo insinúen –no es el caso de los profesionales que no encuentran trabajo y de los perseguidos políticos-. Territorio, suelo y cielo que se promocionaba como lo más bello y hospitalario del mundo, ahora no tanto. Saber que ya no somos tan atractivos, ahuyentados por el mismo gobierno los inversionistas, y sin tener una recomendación convincente para los jóvenes que se quieren ir, en nuestros pensamientos no hacemos más que confirmar el drama, el trágico destino de ir languideciendo ante el diario atropello de los jerarcas que cada vez más quieren parecerse a Cuba. Dramático misterio porque gentes en su sano juicio puedan ambicionar vivir semejante pesadilla, a menos que no sea detentar el poder con aberrante intensión de sojuzgamiento perpetuo.

La gravedad del drama tiene una connotación mayor cuando ya para doce años de estar evidenciando fracasos, el convencimiento por parte de ellos –por desgracia ya en Venezuela se habla de ellos y nosotros, obra de la perversa división generada por el gobierno para excluir y hasta perseguir a quienes no le son afectos y sumisos partidarios- de tener los días contados, dos años cuanto más- y presagiar “dramáticos” finales, lejos de reflexionar, preparan acciones cuasi suicidas, huyendo hacia adelante. Es así, como después del 26 de septiembre, cuando el pueblo de Venezuela les dijo ya basta, se han empeñado en radicalizar su “revolución”. Como muestra evidente de no haber asimilado el golpe debe reseñarse los viajes al exterior, a Cuba en particular, la terquedad de seguir y acelerar las “expropiaciones”, y por sobre todo a involucrar a militares en actos de desesperación. En este caso, por mucha tolerancia a los desafueros, las declaraciones del alto oficial, nos hace pensar seriamente en la gran misión que tiene la FAN que cumplir, que sus miembros deberían estar en sus cuarteles, academias y hasta en sus propias casas rodeados del cariño familiar, pensando y estudiando la manera más idónea para evitar los desafueros de un armamentismo desproporcionado e inútil, en contribuir eficazmente en reducir la inseguridad, en ver como se influye para producir bienes, alimentos; la soberanía agroalimentaria es cada día más frágil.

El final, como fatalidad anunciada, no le preocupa en mayor grado, dejándose llevar por la soberbia, que en los más de los casos encubre un estado de confusión y complicidad en sus propias filas, no sin dejar de contar los pillos que aún practican sus habilidades, hasta creando ambientes para justificar negociados como es el caso de los alimentos, importados sin medida para que se pudran, o congelándoles el precio a nivel de productores –carne y leche- para que no tengan ningún estímulo o aliciente y desistan de la actividad ganadera, que por lo demás es bien sacrificada. Que ganen y fomenten sus empresas los ganaderos capitalistas brasileños, argentinos, uruguayos, nicaragüenses, neozelandeses, porque así lo quiere el régimen “socialista” venezolano.

La realidad es elocuente y vista como el escenario dramático del día a día, sintiéndose irreversible porque se juega a la pasión y que revolucionaria, no nos queda otra que enfrentarla, apelando a nuestras reservas morales, al ejemplarizante comportamiento de nuestra sociedad civil en momentos difíciles, a nuestra cultura convivencial y democrática, a la estimación y proyección de la personalidad de los hombres y mujeres venezolanos en su dimensión de ciudadanía. Para reafirmar el propósito bastaría con preguntarle al mundo civilizado qué se pretende con ascender en la escala de máxima jerarquía institucional, al miembro de las FAN que ha descendido al subsuelo del rastacuerismo para hacer méritos ante el jefe que la ordena, despreciando e irrespetando a la Institución misma, la Constitución y Leyes de la República. El deber de respetar y hacer respetar nuestras instituciones cumple a todos.

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