DE NUEVO LA PROMOCION DE LA CIUDADANIA VENEZOLANA
Publicado el March 02, 2020
Alentar la esperanza con base a la reafirmación de la fé en el convencimiento racional que la tragedia vivida y sufrida en Venezuela no puede pasar de este año 2020, es el fundamento mayor de cualquier enfoque para rechazar los actos de desesperación, criminalidad y barbarie con que los altos personeros del régimen quieren mantenerse asidos al poder, conscientes o inconscientes por ignorancia y tozudez, brutal ferocidad, en carrera que los acusa e irremisiblemente los lleva al abismo de su propia destrucción. Equivaldría decir que los fusiles no sirven para mantener a flote la balsa en que se desplazan y que si se deslastran el propio peso de los contrabandos que cargan, llamémoslos “oro de sangre”, terminará por hundirlos en su propia podredumbre. Sin pretensiones de haber sido “profeta del desastre”, soy de quienes, hace un poco más de cuatro lustros, presentamos en modesto proyecto legislativo una motivación de alerta sobre la desgracia que se estaba gestando en los cuarteles, con loas de notables y el siempre logrero apoliticismos de intelectuales de izquierda, en cuya consignación y entrega se contó con el visto bueno y apoyo de distinguidos representantes del quehacer de leyes –último Congreso Nacional Bicameral II Presidencia del Dr. Caldera- , entre quienes recuerdo con especial deferencia a Germán Monzón Salas, Francisco Rivas Uzcátegui, Chicho Herrera, Humberto Celis, Juan José Caldera, Luis Vera Gómez, Dr. Médico Lobo Lacruz, –ruego me disculpen por no incluirlo a todos; creo que firmamos 14 el anteproyecto. En el mismo, tocamos lo que se veía venir, el desastre anunciado, encarnado –sin mencionarlo- en ese “loco de carretera” que por esos momentos aciagos de la historia en donde se viraliza el desquiciamiento de la sensatez, encontró el mejor caldo de cultivo para que se desarrollara su descomunal “descargada” –plasta como el mismo alienado llegó a nombrar la decisión del TSJ –actualmente es realmente una plasta-. El proyecto de marras se denominó Ley de Promoción de la Ciudadanía Venezolana y en el le dimos cuerpo a la idea de hacer depender el funcionamiento de las instituciones republicanas de la educación, de la preparación integral para vivir en sociedad, del cultivo del espíritu y el cuerpo, de la solidaridad heroica, del amor al prójimo, de la protección de la familia, del Gloria a Dios y Paz con Justicia a los hombres. Por inconsecuencias burocráticas el mini compendio legal moralizante, tomado de la Constitución Nacional de la República de Venezuela de l.961 no llegó a feliz término, pero su espíritu siempre estará presente en todos los niveles de la educación, de la formación “moral y cívica” y el título MAESTRO DE LA CIUDANIA enaltecerá la misión de enseñar, la vocación de educar. Ante el cuadro tétrico que ofrece la consumación decadente de Venezuela hay que ´pensar seriamente en que nos hace falta muchos Maestros de la Ciudadanía y que en la escala de valores cívicos, un maestro de escuela, un educador, un docente, un profesor universitario, tiene más méritos y es mucho más respetable que un oficial militar, cualquiera sea el número de estrellas y de soles. Organizar milicias y armar colectivos-malandros solo cabe en mentes criminales. Las comparaciones son odiosas, pero ante la situación que vive Venezuela y puesto al descubierto quienes son los actores y cómplices , la activa participación en el saqueo, la corrupción, y actuar como fuerzas de choque y represión, con el agravante de aceptar que Cuba y Rusia y mercaderes del “oro de sangre” tengan saco abierto en mandos y riquezas, obliga a la ciudadanía venezolana a enviar verdaderos mensajes de patriotismo y paz para que no apoyen a la cúpula dictatorial. Tener claro que más del 85 % de los venezolanos quiere la erradicación total del régimen dictatorial. Conste que a la Venezuela Democrática la quiere todo el mundo ¡Como no hacerlo si la sangre de los venezolanos palpita y calienta, corazones y mentes, en todo el globo de horizontes abiertos como la esperanza y caminos de libertad como la voluntad. ADELANTE MAESTROS DE LA CIUDADANIA.
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