CUIDAR LA DEMOCRACIA, O
Publicado el February 23, 2011
Cuidar la democracia, o mejor dicho, lo que nos queda, es obligación de todos los ciudadanos. Este requerimiento del país nacional y político, va a todos los sectores de la población, así sean del oficialismo o de la oposición, y cobra en los actuales momentos una intensidad de tal magnitud que sería inconcebible pensar en sectores indiferentes al deterioro que vivimos y sufrimos, como si a ellos no les pudiera afectar, que avanza como epidemia devastadora, incalculable en sus efectos perniciosos. Es decir, que el llamado a actuar, puesto que se trata de “un estado de necesidad”, es a los tres sectores en que se podría dividir la sociedad a la hora de calificar su actitud frente a ese cuadro tétrico en que se ha convertido la República.
Al oficialismo, puesto de primero, le cabe la mayor responsabilidad, porque en aras de poner en práctica una “revolución” que hasta ahora es un cangrejo, que ni los que se llenan la boca con la palabreja entienden, y que en serio lo que ha venido a ser es un enredo de arrebato de admiración por Fidel Castro por parte de “nuestro comandante en jefe”, -su hijo putativo-, que después del fracaso de su intentona golpista -04/02/92- y haber arribado al poder por la mayoría del voto popular, con la advertencia que en su campaña para conquistarlo, no se declaró marxista, pues en esto también siguió a Fidel que hizo profesión de fé en esta ideología después de bajar de la Sierra Maestra y tener el poder en sus manos. Sin las manchas de pólvora y de sangre de este último, “nuestro comandante en jefe” se empeñó en copiar el régimen castro- comunista, no deteniéndose a ver su monumental fracaso. Después de más de 50 años, los Castros solo pueden mostrar al mundo: la ruina de su país, la frustración de tres generaciones, miserablemente castradas (profesionales convertidos en cuasi-esclavos que los pone a trabajar el Estado, los manda fuera, cobra por ellos y los regimenta y controla militarmente, lo que les crea un estado de ansiedad por la libertad que cuando pueden escapar del cuasi-cautiverio, lo hacen corriendo todos los riesgos, casi siempre con destino a Miami).
Para la oposición, englobada en ese sin número de agrupaciones, partidos políticos, ONG, organizaciones gremiales, sindicales, movimientos juveniles, estudiantiles, de amas de casa, de hombres y mujeres, que en conjunto nadie podrá desconocer ya son mayoría frente a la “escualidez” “rojo rojito”, cada día más mermada por las torpezas y errática conducción del gobierno central, su trabajo mayor en el cuidado de la democracia es prepararse, organizativa y funcionalmente, para la reconstrucción institucional, poniendo en ese objetivo decisión y coraje, pero por sobre todo, amplitud en aceptar, sin exclusiones y retaliaciones, a las voluntades que quieran sumarse, inclusive a los ciudadanos que reclutó el régimen, con trucos y engaños, con señuelos patrioteros, a la más grande empresa cívica, que pueblo, nación y república están llamados a hacer , en tiempo que a más tardar no dilatará del 2012.
Y al tercer sector, a quien también va dirigido la invitación mensaje de cuidar lo que nos queda, porque creemos que ya en su conciencia debe arder el deseo de incorporarse a la acción, como lo están haciendo los jóvenes estudiantes con su “huelga de hambre”, que es sin duda uno de los actos políticos de mayor proyección para activar la solidaridad con que debe enfrentarse la tozudez de querer perpetuarse en la dominación y mando, de mantenerse en la línea de lo que no sirve (a escala mundial lo está demostrando la rebelión de los jóvenes y mujeres del Medio Oriente), el llamado debe ir nutrido del espíritu de lucha pacífica de los grandes líderes: Mahatma Gandhi y Nelson Mandela, que nos compromete a todos en el rescate pleno de la Democracia, la Libertad y la Paz.
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