CUANDO LA FATALIDAD ATORMENTA Y LA DICTADURA ES MAS TOZUDA
Publicado el June 10, 2020
Cuando la fatalidad muestras sus fauces, amenazando ruina y presagiando desolación y muertes, como es el caso de nuestra querida Venezuela, la acción profiláctica, patriótica para ser histórica, no debe hacerse esperar, so pena de parecer “cobarde” como la califica el ex primer ministro británico Tony Blair ante el conformismo y pasividad casi cómplice del común de los ciudadanos venezolanos que han venido mostrando un comportamiento amaestrado, como si se tratara de manadas acongojadas por el miedo, por discriminización bellaca, por no tener con que comprar la comida para los hijos y viejos, ni cubrir sus necesidades elementales (cuando se decreta un salario mínimo mensual, que el equivalente con la sexta tique no alcanza para los gastos de un día, el gobernante que lo impone tiene necesariamente que estar pensando en que vendrán a él implorando mendrugos o hasta a pedirle perdón por haberle “recordado la madre”) Nos duele reseñar algo tan doloroso, pero en mi país no hay nada que no conmueva y no toque el corazón. Si nos detenemos a ver el cuadro del desastre anunciado y consumado, no podemos menos que concluir que la única salida es el cambio del régimen, que la dictadura también está agotada y que si persiste en el empeño de perpetuarse en hacer –motu proprio- lo que no sabe hacer, es porque se convirtió en colonia factorial de dominación foránea, evidenciándose con la entrega al castro comunismo de la Habana, al ayatola iraní, al ruso, al chino, al turco, que buscan en las riquezas nuestras, todavía apetecibles, materiales de apuntalamiento de sus economías decadentes. La voracidad también está presente en el guerrerismo marginal, asociado al negociado de la droga, al contrabando del combustible, del oro de sangre, del coltán. El componente ideológico, doctrinario marxistoide, de izquierda –más confusa y enredada que nunca o de derecha recalcitrante, ambas obsoletas- es lo que menos cuenta, pero si los mueve un odio desmesurado a EEUU y el propósito manifiesto de arruinar las áreas de influencia del capitalismo –yanqui- y la cultura del mundo democrático occidental. Por lo visto no debemos detenernos en insultos, como los de Tony Blair, que se nutren en fracasos de sus propias gestiones, y tener muy claro que el problema de Venezuela es político, esparcido o contaminado al mundo, que a nuestro país se le tomó como centro de ensayos políticos conductuales. En esencia morales, porque si la base del obrar es la corrupción, la presencia del bien y del mal mueve la actuación del hombre público y por consiguiente, si no hay estado de derecho, se cae en dictadura que es la negación de la ley, de la Ley de Leyes, de la Constitución, y en la práctica –está demostrado- las fechorías se encubren como una manera de hacerse impune. Por desgracia la debilidad de nuestras instituciones y el descuido de la formación del ciudadano, el abandono y acoso a la educación (hace 23 años propusimos la ley: “Promoción de la ciudadanía venezolana” –frustrada por irresponsabilidad del Congreso Nacional del final del periodo democrático), dio pie a que Venezuela fuera fácil presa de las apetencias totalitarias militaristas. Añádale la marcada injerencia de Fidel Castro en la formación y corrupción de nuestras FFAA. Se comenta que en la actualidad hay militares institucionalistas que reivindicarán -cuando?- el honor de los cuatro componentes. No hay que olvidar que Maduro, buena parte de su entrenamiento lo obtuvo en Cuba, pero que al fin y al cabo la llamada “revolución cubana” es un languidecido fracaso y su saldo es más de muertos que de vidas. Hilvanando la narrativa del desenlace del cuadro tétrico que ya atormenta al mundo, debemos concluir que ante el estado de necesidad que también vive y sufre las naciones democráticas del orbe, la acción mancomunada no admite más dilación y debe procederse a la salvación del país, la universal y encantadora Venezuela, que también ha sido y es el centro de las mirada amorosas de los hombres y mujeres de buena voluntad y saben que con su aporte internacional y la ayuda de DIOS saldremos victoriosos. VENEZOLANOS NO TENGAN MIEDO JUAN PABLO II.
← Volver al índice