Alberto Nicolás Newman Briceño

Nov 21, 1936 – Jun 08, 2025

Artículos de opinión del distinguido Dr. Alberto Newman

En memoria de un hombre sabio, íntegro y comprometido con su país.

AGZAM: “Con orgullo lancemos al viento”

Publicado el July 15, 2020

El himno del Estado Mérida es una hermosa pieza poética que cuando se canta enaltece el espíritu y trasmite el asentimiento de lo grande, de lo bueno, de lo justo. Creo que su primera estrofa debe ser el subtítulo de este reconocimiento escrito a los primero 50 años de vida institucional de la Asociación de Ganaderos de la Zona Alta del Estado Mérida, AGZAM; porque como autor, farero, labriego, constructor, testigo de excepción, en esa organización de hombres y mujeres dedicados a hacer florecer el castigo divino de ganar el pan con el sudor de la frente, el laboreo de la tierra y el cuidado de animales, la semilla que hace 50 años se colocó en el surco, brotó con vitalidad y gracia para alimentar con amor al prójimo, llenándonos de contentamiento a todos los que vivimos en este valle de esperanza. Conscientes de estar dándole cuerpo a lo que ya era un cultura del trabajo aplicado a la generosidad de nuestras tierras altas, pensar en organizar una representación del gremio de ganaderos, agricultores en general, fue una brillante iniciativa que cuajó al amparo de la transformación que se venía operando en el país en la segunda mitad del siglo XX, centenario en el que Venezuela entró con retraso, con perezoso desgano, brutal ignorancia y ruralismo primitivo. Pero en honor a la verdad, cuando se plantea la urgencia de organizarse, la objetividad histórica nos dice de la implantación de la democracia como sistema de gobierno, la convivencia social pluralista, el afán de superación educacional, la orientación de la economía liberal de mercado, los serios esfuerzos para mejorar la salud pública y, por qué no decirlo, el libre ejercicio de la política, con organizaciones de partidos políticos, sindicales, gremiales, asociaciones y colegios de profesionales, todo dentro de un marco amplísimo de libertad de opinión, de prensa, de comunicación, de perfectibidad crítica, de luchas legítimas y anhelos de desarrollo sustentable. Quienes hemos tenido la honrosa responsabilidad de formar parte de las directivas que periódicamente se eligen para la conducción del gremio de ganaderos, en los andes merideños, podemos descansar en la feliz idea que la institución se crece con los años y que su respetabilidad y área de influencia es cada vez mayor, con la seguridad que no se cansa ni se rinde, y que en este trabajo de representación, la patria está primero. El formalismo de la conmemoración del 50 aniversario nos debe permitir, sostenido en la trayectoria de búsqueda del bien común y la fortalece agroalimentaria de la nación, denunciar que en la actualidad, hipertrofiado por el “coronavirus”, Venezuela vive los años más tristes y ruinosos de toda nuestra historia, con un nivel de pobreza que toca el 93% de la población y en cuyo camino solo se ven cruces. La incapacidad del régimen se encubre con prepotencia militarista y las argucias para aparentar normalidad, llamando a elecciones “parlamentarias” solo sirven para mostrar el nivel de entrega delincuencial del TSJ y que en el mundo civil, tanto como en el militar la corrupción no tiene límites. Someter a la inacción, en el caso de los ganaderos, privándoles de combustible, gasolina, gasoil, es condenarlos a vivir la angustia traumática que les afecta no poder ir hasta sus fundos y atenderlo “como Dios manda”. Conste que los ganaderos son quienes más se apenan y sufren por no poder trabajar y ver confinadas a sus familias en sus hogares, que para hacerles mayor la ofensa, si prenden el televisor, en pantalla está encadenado Maduro o la simpática Deicy, si es que hay luz. Amigos ganaderos, aguantemos el chaparrón y tengamos la seguridad que después del invierno crece mejor los pastos, aumenta la leche y engorda el ganado. Recordemos a don Rómulo Gallegos cuando en su novela Cantaclaro narra, los ganaderos son como los “Coronado de la Concepción del Arauca, gestes de bien en lo positivo del negocio de criar y vender ganado”. En el ganadero la reciedumbre del carácter se armoniza con el sentimiento romántico de la ternura, porque basta ver como se le inundan los ojos de lágrimas cuando se le muere una res y la alegría lo invade cuando las vacas paren becerritos “lindos como un bebe”. No es acaso la finca el refugio de la familia que marca en los hijos recuerdos imperecederos en su alada infancia, libres como el viento puro de las montañas andinas. Ruego se me acepte esta remembranza sentimental, pero es tan cierta y querida que la reafirmo cuando sostengo que vivir en Venezuela es vivencia que está matizada con actos de heroísmo y que en las gestas libertarias, los venezolanos, primero que guerreros fueron y serán ganaderos. Milton Silva, Presidente de AGZAM, acépteme la felicitación, extensiva a todos los miembros de la Junta Directiva, y dándole GRACIAS A DIOS, hagamos propicio el aniversario para cantar las estrofas de nuestros himnos: CON ORGULLO LACEMOS AL VIENTO… GRITEMOS CON BRÍO GLORIA AL BRAVO PUEBLO.

← Volver al índice