Alberto Nicolás Newman Briceño†

A manera de saludo navideño.

Publicado el December 01, 2019

He pensado tanto acerca de lo que debo decir a mis amigos este fin de año 2019, que creo que no va a ser posible hilvanar una frase libre de espinas, realmente ya está bueno agregar penurias a las muchas sufridas por ese conglomerado de nobleza incalculable. Justo esa nobleza me obliga y puedo decir, con el mayor optimismo, que quien crea a los venezolanos “manada de pendejos” confirma en ellos mismos –Maduro y sus militares- su estirpe de cretinos, puesta al descubierto en los disturbios de Ecuador, en el triunfo de la auténtica democracia en Uruguay -¡Salud! Luis Lacalle Pou-, en la prueba de fuego en Bolivia, en la firmeza de la gran Colombia, en el mismo retorno al pasado alegremente populachero y ruinoso de Argentina y, en Chile, viviendo en expectativa suicida…Todo para corroborar que la lucha es exigente, muy fuerte, pero vale la pena. Expresado en términos políticos, en este fin de año, estamos en presencia de los estertores del marxismo dogmático, del comunismo fracasado, del Castro comunismo agónico. En Venezuela, a este último enfoque podemos agregar la más bestial corrupción y la ausencia absoluta de la “moral y luces”, de la “ignorancia como instrumento ciego de su propia destrucción”. Ya son dos décadas de dominación, de ese empeño históricamente estúpido del “borrón y cuentas nuevas”, del prestar el país, con el mayor espíritu libertario del mundo, para ensayos de sobrevivencia, similares a los de aquellos ejemplos de universal fracaso: Cuba o Rusia. Dos décadas en donde sólo podrán mostrar como obra de la entrega y estupidez señalada, la ruindad y el llorisqueo de ser víctimas de bloqueos y guerras del Imperio. Arribar a un año más, cargado de experiencias, podría ser útil, si lo tomamos como muestreo de quiénes son los saqueadores, los compradores de armas, los traficantes de drogas, de oro, de coltán, de las fastidiosas y eternas cadenas para anunciar con descarado cinismo cómo se destruyó la salud, la educación, la economía, de tratar de acabar con el “alma de los venezolanos”, ese ser especial que sí se va no es para causar daño ni preocupación a sus familiares y amigos, porque en todo caso lleva la Patria por dentro y su bonhomía sella su identidad de ser cordial, solidario. En su sangre corre el hecho histórico de haber libertado a seis repúblicas. Dios nos da grandeza para perdonar a quienes nos maltratan y hasta tolerancia para convivir con sus pillerías, porque además nos da fortaleza para abrigar el convencimiento que si en este trágico año 2019 fueron más las alegrías que las penas en el próximo todo será anuncio de esperanza, de recuperación, de bonanza, de amor, justicia y paz. Como buen venezolano, ante el advenimiento del Nuevo Año, ¡Brindo! con agua bendecida por el Padre Kike: SALUD!